Crisis financiera
Los problemas terrenales del nuevo papa: hereda de Francisco un agujero financiero cada vez más grande
El contexto El próximo papa no solo asumirá una misión espiritual, sino también un desafío financiero. Con un fuerte déficit y una abultada deuda, el Vaticano enfrenta el reto de sanear sus cuentas y repensar el uso de sus vastos recursos inmobiliarios.
El nuevo representante de Dios en la Tierra heredará del papa Francisco un problema mucho más terrenal. El futuro pontífice tendrá que averiguar cómo sanear las cuentas del Vaticano.
Actualmente, se estima que en el último año la Santa Sede registró un déficit de 83 millones de euros y arrastra una deuda de 444 millones. Cabe recordar que en la Ciudad del Vaticano no se pagan impuestos, y que todos los ingresos proceden de donaciones, turismo religioso, venta de souvenirs y propiedades inmobiliarias.
El Vaticano posee cerca de 5.000 edificios, la mayoría ubicados en Roma, aunque también tiene inmuebles en ciudades como Londres, París y Ginebra. Sin duda, el nuevo papa tendrá que pensar en cómo sacar provecho de estos activos para reflotar las finanzas vaticanas.
Gastos del Vaticano
La mayor parte del dinero se destina al pago de salarios de unos 800 religiosos y 4.000 empleados laicos. En su momento, el papa Francisco aplicó ciertos recortes, aunque no logró cerrar el agujero económico. El fallecido pontífice rebajó el salario de los cardenales un 10%, ahora cobran de media 4.500 euros.
Más allá de los ajustes, la economía del Vaticano sigue siendo frágil. Entre los desafíos que enfrentará el futuro pontífice está también la necesidad de mejorar la transparencia financiera y aumentar la eficiencia en la gestión de sus bienes.