Más de 245.000 hogares en Irlanda y cerca de 7.000 en el Reino Unido permanecen sin luz tras el paso Ophelia, que azotó el norte de la isla de Gran Bretaña con vientos de hasta 145 kilómetros por hora.

En la República de Irlanda y la región británica de Irlanda del Norte, los colegios permanecieron cerrados mientras continúan las labores para apartar árboles caídos de carreteras y se trabaja para restablecer el fluido eléctrico.

A pesar de que las peores condiciones meteorológicas ya han pasado, el departamento de Educación de Irlanda del Norte justificó el cierre de las escuelas porque aún existen "riesgos en los desplazamientos" de los autobuses escolares y problemas de suministro eléctrico en algunos centros.

Cerca de 20.000 hogares permanecen además sin agua corriente en Irlanda, donde las autoridades calculan que los suministros básicos no se recuperarán por completo de momento.

Las alertas meteorológicas se levantaron en el Reino Unido después de que Ophelia causara problemas en Gales, donde 2.000 hogares siguen sin luz, y en Escocia, con otros 1.000 sin corriente. En Glasgow (este de Escocia), parte de la fachada de un bloque de pisos que estaba en proceso de ser demolido se desplomó.

El servicio ferroviario entre Edimburgo, Aberdeen, Dundee, Fife y Perth quedó suspendido temporalmente después de que un tren de mercancías fuera golpeado con un árbol, lo que causó retrasos.

Los trenes entre Glasgow y Edimburgo también se han visto afectados por una rama caída sobre una línea de electricidad en Bellshill (centro de Escocia). La oficina meteorológica del Reino Unido (Met Office) señaló que los restos de Ophelia, ya debilitada, han avanzado hacia Escandinavia, por lo que levantaron la alerta por fuertes vientos.