Cuatro suicidas han muerto, y diez civiles y policías han resultado heridos en Indonesia en un atentado en una comisaría de Surabaya, donde han muerto una veintena de personas en una serie de atentados con explosivos contra iglesias reivindicados por el Estado Islámico.

La bomba estaba oculta en dos motocicletas conducidas por cuatro personas de una familia que viajaban con una niña hasta el control de seguridad de la entrada de la comisaría donde fue detonada por los suicidas, según indicó hoy el jefe de la Policía Nacional, Tito Karnavian, en rueda de prensa.

El portavoz de la policía dijo que la niña, que tiene 8 años, sobrevivió a la explosión, y que cuatro policías y 10 civiles resultaron heridos. "La pequeña salió despedida, sobrevivió y está recibiendo cuidados en el hospital de Bhayangkara", dijo Tito. El presidente de Indonesia, Joko Widodo, calificó el nuevo ataque de "inhumano" y "cobarde" y afirmó que acelerará la revisión de la ley antiterrorista "tan pronto como sea posible", en una intervención televisada.

La acción tuvo lugar un día después de una serie de atentados coordinados contra tres iglesias de Surabaya, en los que murieron 18 personas y más de 40 resultaron heridas. Los atentados contra los centros religiosos fueron perpetrados por una familia que había regresado de Siria, incluidas dos niñas de 9 y 12 años, y reivindicados por el Estado Islámico (EI).

Otra bomba sacudió anoche un apartamento al sur de la ciudad en el que vivía una familia de seis personas y en el que murió el padre, la madre y un hijo, y los otros tres hijos resultaron heridos. La policía considera que la explosión se debió a un error de los supuestos terroristas que habitaban el inmueble.

Según Tito, los atentados están conectados ya que los padres de las tres familias involucradas pertenecen al grupo yihadista afín al Estado Islámico Jemaah Ansharut Daulah (JAD), el más activo en Indonesia. Además el químico de los explosivos, peróxido de acetona, fue el mismo utilizado en todos los ataques, añadió el portavoz.

Indonesia, donde el 88% de sus más de 260 millones de habitantes practican el islam y es el país del mundo con mayor número de musulmanes, declara la máxima alerta las semanas antes del ramadán por ser fechas elegidas por yihadistas para cometer atentados.

El país asiático ha sufrido varios atentados yihadistas, entre ellos el perpetrado en la turística isla de Bali en 2002, que causó 202 muertos.