Varias eurodiputadas denuncian que episodios de odio como el protagonizado por el miembro de la ultraderechista Liga italiana Angelo Ciocca pisoteando los papeles del comisario europeo de Asuntos Económicos, Pierre Moscovivi, son habituales y no siempre castigados adecuadamente.

Ana Miranda (España, BNG), Eleonora Forenza (Italia, Izquierda Unitaria) y Soraya Post (Suecia, Socialdemócrata) señalan que son habituales las "agresiones verbales" de europarlamentarios de la Liga dentro y fuera del hemiciclo, especialmente cuando se debate sobre asuntos como "la inmigración, los gitanos o el colectivo LGTBI".

Las tres eurodiputadas son ponentes de una resolución contra el aumento de la violencia neofascista a raíz de la agresión por el grupo ultra Casa Pound que sufrió la propia Forenza en Bari (sureste de Italia) el pasado septiembre.

"El comportamiento de la Liga es muy poco acorde con las libertades y la democracia y se aleja de lo que debería ser el debate político", señala la europarlamentaria italiana, quien recuerda que el ministro italiano de Interior, Matteo Salvini, también de la Liga, se fotografió con el fundador de Casa Pound.

"Que haya un partido en el Gobierno (italiano) con tintes fascistas es cuanto menos inaceptable", añadió. Por su parte, Post, de madre romaní, aseguró que ha sufrido "diversos ataques de verbales" de eurodiputados de la Liga "sin que haya habido sanciones". El último, explica, tuvo lugar en abril con motivo de un debate sobre la comunidad gitana en Europa, cuando tras su intervención le "atacaron con un discurso fascista eurodiputados del UKIP (partido británico eurófobo y antiinmigración) y la Liga".

"Escribí al presidente (de la Eurocámara, Antonio) Tajani con lo sucedido, pero me dijo que no quería dar más atención mediática a Italia", asegura. También Miranda lamenta los "discursos xenófobos que se escuchan en el pleno en debates como el del 'Aquarius' (barco de ONG que socorre inmigrantes en el Mediterráneo)", que asegura "en otros parlamentos serían motivo de expulsión".

Después del episodio del diputado que pisoteó los papeles de Moscovici al finalizar una rueda de prensa sobre el presupuesto italiano, el comisario francés manifestó en la red social Twitter su tristeza por lo "grotesco" de lo sucedido. "Quizá lo que salga en principio es reír y banalizar porque es ridículo, pero después uno se acostumbra a esta violencia simbólica y un día se levanta con fascismo. No nos durmamos. La democracia es un tesoro frágil", añadió Moscovici.