El documento, hecho por un grupo de trabajo multipartito a cargo de la diputada conservadora Andrea Leadsom, ha sido encargado a raíz de las denuncias hechas por algunas mujeres contra políticos, como fue el caso del exministro de Defensa Michael Fallon, que se vio obligado a presentar la dimisión.
En un sondeo entre 1.377 trabajadores parlamentarios, uno de cada cinco de ellos dijo haber experimentado o haber sido testigo de acoso sexual o comportamiento incorrecto.
El informe recomienda la creación de un procedimiento de quejas y agravios que sea "independiente de los partidos políticos".
Entre las medidas también se incluiría la expulsión de un lord de la cámara o la destitución de un diputado de su circunscripción, lo que daría paso a una elección parcial para cubrir su escaño.
Al mismo tiempo, el informe advierte de que será necesario asegurar que no se destruye la reputación de un parlamentario por la presentación de acusaciones falsas.