Los Estados miembros de la Unión Europea han dado luz verde a la estrategia común de Defensa con la que el bloque ganará capacidad militar y coordinará mejor los esfuerzos nacionales en el campo de la Defensa, durante la próxima década.
El último borrador de la 'brújula estratégica' ha sido acordado por los ministros de Exteriores y de Defensa en su reunión conjunta en Bruselas, según informan fuentes diplomáticas. Se trata de un plan que establece un entendimiento común de la Defensa, con objetivos como tener la capacidad de desplegar 5.000 fuerzas de respuesta rápida a nivel de la UE en caso de crisis.
En rueda de prensa desde Bruselas, el Alto Representante de la UE para Política Exterior, Josep Borrell, ha celebrado el acuerdo, asegurando que la UE tiene que jugar un rol mayor para proveer de seguridad a sus ciudadanos.
"No vivimos en el mundo que nos gustaría, sino en el que vivimos", ha afirmado, para después señalar que la UE tiene un vecindario "en llamas" y la guerra en Ucrania ha sido una llamada de atención.
Pese a defender que la UE debe poder reaccionar rápidamente, el jefe de la diplomacia comunitaria ha matizado que los 5.000 efectivos de despliegue rápido no es el germen de un Ejército europeo, y que los Veintisiete mantendrán sus fuerzas armadas. Se trata de que los países europeos actúen de manera más coordinada en el campo de la Defensa y sean "un mejor socio" dentro de la OTAN, ha explicado.
En concreto, el documento que será ahora avalado por los jefes de Estado y de Gobierno en la cumbre de este jueves, plantea que en 2025 los Veintisiete estén en disposición de desplegar estas fuerzas. Sin una estructura fija, se espera que los Estados miembros aporten medios para una fuerza modular de hasta 5.000 soldados.
Antes, para finales de este año, los países de la UE se comprometen a acordar los escenarios operativos y planes de Defensa, con la idea de empezar a hacer maniobras militares europeas en 2023 con las que aumentar la preparación y la interoperabilidad de estas fuerzas.
El nuevo impulso a la seguridad y Defensa de la UE responde, según la estrategia europea, a "un entorno más hostil y tendencias geopolíticas que exigen que el bloque asuma una mayor parte de la responsabilidad de su propia seguridad", una realidad que la guerra en Ucrania ha puesto si cabe más de manifiesto.
Pese a que la idea de contar con un libro blanco europeo de la Defensa nació hace dos años, su aprobación coincide con la vuelta a un escenario de guerra en Europa. Es más, la crisis ucraniana se menciona varias veces en el documento y se dice que ha puesto a las claras la necesidad de mejorar la "movilidad militar de las fuerzas armadas dentro y fuera de la Unión".
Relación con la OTAN
En todo momento la 'brújula estratégica' se vertebra como complemento a la OTAN. El plan indica que la cooperación entre ambas organizaciones es "esencial para la seguridad euroatlántica, como ha demostrado la agresión militar rusa contra Ucrania".
Y para continuar la cooperación "estrecha y mutuamente beneficiosa", los países de la UE proponen aumentar las reuniones de alto nivel con la OTAN. "Se reforzarán los intercambios específicos a través de reuniones conjuntas periódicas del Comité Político y de Seguridad de la UE y el Consejo del Atlántico Norte", han abogado los Veintisiete.
Asimismo, la UE se compromete a reforzar sus misiones militares y civiles en el exterior, dando mandatos "más flexibles", con la idea de promover la toma de decisiones más rápida y asegurar mejor la solidaridad financiera con las operaciones.
Al respecto de las misiones civiles, los Veintisiete fijan para mediados del año que viene la aprobación de planes para mejorar la eficacia de las operaciones así como la capacidad de despliegue, todo con la idea de poder mandar a entornos de seguridad complejos a un equipo de hasta 200 expertos en un margen de 30 días.