El Fondo para la Infancia de la ONU (Unicef) urge al Gobierno de Nigeria a revisar con el fin de "revocar" la condena de diez años de prisión por blasfemia impuesta a un menor de 13 años por un tribunal islámico.

Esta sentencia "niega todos los principios básicos subyacentes a los derechos del niño y a la justicia infantil que Nigeria, y por ende el estado de Kano, han firmado", ha enfatizó en un comunicado el representante de Unicef en Nigeria, Peter Hawkins.

Todo ocurrió durante una discusión con un amigo

El joven Umar Farouk, de 13 años, fue condenado el pasado 10 de agosto en la ciudad de Kano, en el norte de Nigeria, por blasfemar contra Dios en una discusión con un amigo.

Ese mismo día, el cantante Yahaya Sharif-Aminu, de 22 años, fue a su vez sentenciado a la horca por usar un lenguaje soez contra Mahoma en una de sus canciones.

"Unicef pide al Gobierno de Nigeria y al gobierno local de Kano que revisen urgentemente el caso con miras a revocar la sentencia" añadió Hawkins, a alegar que viola tanto la Convención de la ONU sobre los Derechos del Niño -ratificada en 1991-, como la Carta Africana sobre los Derechos y el Bienestar del Niño, a la que Nigeria se sumó en 2001.

Pese a que las condenas a muerte no son comunes en Nigeria, la sharía (ley islámica) rige junto a tribunales laicos en la mayoría de los estados del norte -de predominio musulmana, frente al sur del país de mayoría cristiana-, con sentencias que permiten la lapidación hasta la muerte o la amputación por delitos como el robo, la blasfemia y el adulterio.

Kano, capital del estado homónimo, es la ciudad más grande del norte de Nigeria -país de más de 200 millones de habitantes y el más poblado de África- y destaca también como el epicentro comercial de una región con una fuerte tradición islámica.