Cuando el puente se vino abajo, Marina y su hija pensaban que había llegado su fin. "Estábamos bajo los escombros, los restos me llegaban hasta el pecho. Pero mi hija estaba completamente enterrada", cuenta Marina

Quedaron atrapadas durante horas cogidas de la mano y los bomberos la sacaron a ella, pero no veían a su hija. "Yo seguía gritando que ella estaba allí, la tenía cogida de la mano", relata. Afortunadamente ambas han sobrevivido.

Como ellas, Natasha ha vuelto a nacer cuando la rescataron después de llevar horas atrapada en su coche entre hierros y hormigón. Por su parte, Luciano ha regresado a la zona cero para comprobar que su camión está destrozado, pero él vive: "Acababa de pasar bajo el puente, abrí la puerta del camión para bajar y escuché un crujido".

Se salvó por la mínima gracias a un espacio de aire que quedó entre los escombros. Aunque el camión que se ha convertido en símbolo de la tragedia es el verde que aún sigue a muy pocos centímetros del derrumbe.

Su conductor se quedó en estado de shock: "El coche que tenía delante desapareció y parecía que se lo habían tragado las nubes. Levanté la vista y vi cómo se caía la torre del puente. Instintivamente, al encontrarme el vacío delante de mí he metido marcha atrás, como para tratar de escapar de aquel infierno".​

Mientras, Italia prepara ya los funerales de Estado programados para el sábado y los féretros ya han empezado a llegar al recinto habilitado para la ceremonia.