Elin Ersson, joven sueca de 22 años, compró un billete del vuelo Goteborg-Estambul por un solo motivo: frenar la deportación a Afganistán de un hombre de 52 años.

Para lograr su objetivo, la activista sueca se negó a tomar asiento en el avión, ya que las normas impiden al piloto despegar si hay gente en pie. Además, utilizó su móvil y Facebook Live como arma, ya que en todo momento grabó lo que estaba ocurriendo en el interior de la aeronave.

Azafatas y pasajeros pidieron a Ersson que tomara asiento y se olvidara del deportado, pero la joven lo tenía claro: no podía permitir que el vuelo de Turkish Airlines saliera del aeropuerto porque “lo más probable es que lo maten si se queda en el avión”. "¿Qué es más importante, el tiempo que pierdes por el retraso del despegue o la vida de una persona?”, reprendió a uno de los pasajeros.

La joven se emocionó durante la grabación y rompió a llorar cuando tras casi dos horas en pie otros pasajeros -un turco y un equipo de fútbol- imitaron su gesto de protesta. Fue entonces cuando la compañía aérea optó por bajar del avión al hombre que iba a ser deportado, entre los aplausos de los pasajeros.

Pero la historia puede no tener un final feliz. Las autoridades suecas han asegurado que el hombre será deportado, y que la joven activista se arriesga a pasar seis meses en prisión por desobedecer las órdenes del piloto.