Desconcertado, Rahman revisa sus papeles y muestra preocupación por el futuro de su familia, la India se niega a reconocerles como ciudadanos: "Mis dos hijos y mi hija no están en la lista. Ellos tienen menos de diez años. Mi mujer tampoco está en la lista. Estoy muy triste".

Forman parte de las casi dos millones de personas que se han quedado sin nacionalidad en Assam. En esta región, frontera con Bangladés, vive una amplia comunidad musulmana. Los expertos denuncian que es un paso más del Gobierno nacionalista hindú contra esta minoría.

"Esas personas básicamente son inmigrantes irregulares, personas refugiadas de la guerra de independencia de Bangladesh en 1971 que también se marcharon a la India huyendo del conflicto", explica Maro López Areu, profesor de Relaciones Internacionales.

Tras 50 años viviendo en el país, ni ellos y ni sus descendientes son reconocidos por la India. "Esta gente se convierte en invisibles. Nadie garantiza sus derechos: que tengan acceso a asistencia sanitaria, que los niños puedan ir al colegio...", denuncia Olatz Cacho, portavoz de Amnistía Internacional España.

Una decisión del Tribunal Supremo obliga al Gobierno a actualizar el censo y, para poder estar en él, las autoridades exigen a los ciudadanos demostrar que llevan allí desde antes de 1971, algo imposible para muchos.

"Estas personas pueden ser detenidas en centros de detención o pueden ser deportadas, que es lo que ha dicho que quiere hacer el Gobierno", explica Olatz Cacho. Muchos podrían acabar siendo deportados a Bangladés, que avisa: no les aceptará. Dos millones de personas podrían convertirse en apátridas.