Apenas habían pasado 20 minutos desde el despegue de un vuelo en Nueva York cuando explotó el motor izquierdo del aparato. Como consecuencia, una ventanilla se rompe, se produce una despresurización en la cabina y una pasajera es succionada por el agujero.

Otros la sujetan para evitar que salga totalmente despedida del avión, y lo consiguen por los pelos. "Estaba prácticamente fuera y la metieron para adentro", cuenta un testigo.

Cuando el avión estaba en pleno descenso, uno de los pasajeros se puso a contratar el wifi de la aerolínea para poder comunicarse porque pensaba que podían ser sus últimos momentos.

Y no era el único, porque según explica la pasajera Amanda Bourman, "todos estaban con el teléfono móvil tratando de enviar su último mensaje".

Finalmente, lograron aterrizar de emergencia en Filadelfia, pero la mujer succionada por la ventanilla no sobrevivió. Una parte del motor se ha hallado a más de 100 kilómetros del aeropuerto.

La investigación preliminar ha detectado que faltaba un aspa del ventilador del motor, lo que podría haber producido un sobrecalentamiento y con él, el fatal desenlace.