Poco más que cenizas han quedado del que se proclamaba el mercado pirotécnico "más seguro de Latinoamérica", a sólo 32 kilómetros de Ciudad de México. Un cohete desbocado, encendido al parecer por accidente o descuido, ha desencadenado la tragedia.

"Hubo una explosión en el puesto del fondo, y después una explosión tras otra", explica Federico Juárez, testigo. Los 300 puestos del mercado volaron por los aires. "La gente empezó a caer", añade.

La cadena de deflagraciones y la lluvia de cascotes han matado a al menos 36 personas, varias menores. Lo han hecho con tanta violencia que a la mayoría habrá que identificarlas por el ADN. "Creímos que era una gasolinera lo que había explotado", cuenta otra testigo.

Otras más de 70 personas resultaron heridas."Muchos por humo, bastantes heridos golpeados por escombros...", relata un médico de la Cruz Roja.

Hay también decenas de desaparecidos y las autoridades no se atreven a concretar un número.

Sí apuntan, mientras los forenses escrutinan los restos, a deficiencias en la seguridad del mercado de San Pablito. Un recinto que acumula un historial con otros cuatro muertos y centenares de heridos en los últimos 11 años en incidentes con fuegos artificiales y explosivos.