El ultraderechistaJavier Mileise ha convertido en el precandidato más votado en las elecciones primarias en Argentina, unos comicios en los que los expertos auguraban un escenario donde los votos se dividirían en tres tercios. Con casi siete millones de sufragios, el economista libertario, líder del partido La Libertad Avanza, ha capitalizado el voto del descontento de la sociedad argentina y ha sido el más votado entre los aspirantes a la Presidencia para el próximo 22 de octubre.

No obstante, a medida que iba avanzando el escrutinio se ha ido acortando la ventaja de su formación, ganadora con un 30,17% de los sufragios, sobre los otros dos partidos más votados: la principal coalición opositora, Juntos por el Cambio, de centroderecha, con un 28,25% del voto; y la oficialista Unión por la Patria (peronista), con un 27,15%.

Las elecciones PASO (primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias) celebradas este domingo en el país latinoamericano dejan a la que fuera ministra de Seguridad en el Gobierno de Mauricio Macri, Patricia Bullrich, en la rampa de lanzamiento para intentar convertirse en la tercera presidenta del país, después de María Estela Martínez de Perón y Cristina Fernández. La candidata se ha impuesto en la interna opositora al alcalde de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, por más de 1,4 millones de sufragios.

Aunque la tercera fuerza más votada fue Unión por la Patria, el que será candidato a la Presidencia, el actual ministro de Economía, Sergio Massa, se ha situado por detrás de Milei con casi cinco millones de sufragios, un millón más que Bullrich. Aunque competía con el dirigente social Juan Grabois -que obtuvo 1,3 millones de votos-, Massa ha sido el candidato de consenso entre las distintas familias del peronismo: el sector alineado con el presidente Alberto Fernández, el ala que responde a la vicepresidenta Cristina Fernández y el propio Frente Renovador que lidera Massa.

Pese a las circunstancias socioeconómicas que atraviesa Argentina, con casi un 116% de inflación interanual, cerca de la mitad de la población en situación de pobreza y una brecha cambiaria cercana al 110%, el peronismo ha obtenido un respaldo mayor del esperado, mientras que Juntos por el Cambio ha caído muy por debajo del 35% que muchos le aventuraban.

Además de Milei, Bullrich y Massa, han obtenido el respaldo suficiente para presentarse a las presidenciales de octubre el peronista no kirchnerista Juan Schiaretti -con quien Rodríguez Larreta intentó hacer una alianza para integrar su candidatura, lo que le costó muchas críticas internas- y la candidata del Frente de Izquierda y de Trabajadores Myriam Bregman.

La participación en estas elecciones primarias ha sido del 69,62%, casi siete puntos menos que en las de 2019, cuando se llegó al 76,4% del censo. Unos 35,4 millones de argentinos estaban llamados a las urnas para definir las listas de candidatos que quedarían habilitados para competir en las generales, en las que elegirán presidente y vicepresidente, se renovarán 130 de los 257 escaños de la Cámara de Diputados y 24 de las 72 bancas del Senado, así como 43 representantes argentinos para el Parlamento del Mercosur.

En este contexto, el peronismo ha logrado retener su gran bastión electoral, la provincia de Buenos Aires, el distrito más poblado del padrón, con un 36,37% de los sufragios para el actual gobernador, Axel Kicillof, único aspirante del oficialismo. En cuanto a la ciudad de Buenos Aires, el candidato del Pro, Jorge Macri, primo del exmandatario Mauricio Macri, ganó la interna de Juntos por el Cambio al radical Martín Lousteau, que contaba con el apoyo de Rodríguez Larreta.

Ahora, Argentina comienza la carrera presidencial que culminará el 22 de octubre. Si ninguno de los candidatos alcanza la mayoría absoluta en esa primera vuelta, los dos más votados competirán el 19 de noviembre por el mandato que arrancará el 10 de diciembre y concluirá en 2027.