El Gobierno ucraniano ha pedido a sus ciudadanos que abandonen las regiones de Lugansk, Donetsk y Járkov, en el este del país porque los bombardeos rusos podrían cortar las vías de escape. Ayer mismo, el Kremlin anunció "una ofensiva final" contra Mariúpol, la ciudad portuaria a orillas del mar de Azov, asediada desde que comenzó la invasión.

"En dirección a Donetsk y Lugansk, los esfuerzos del enemigo se centran en las hostilidades en torno a las ciudades de Popasna y Rubizhne, y en establecer el control sobre Mariúpol", ha advertido el Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas de Ucrania.

"La situación está empeorando cada día. Los orcos (rusos) han intensificado el bombardeo, quieren más rehenes, más sufrimiento en las ciudades", ha señalado el jefe de la Administración Estatal Regional de Lugansk, Serhiy Haidai, en Facebook. "El día de hoy ha demostrado que no puedes esperar más. ¡Haz las maletas y evacúa!", ha agregado, al afirmar que "todas las ciudades libres de la región están bajo fuerte fuego enemigo", como Severodonetsk, Popasna y Rubizhne.

La viceprimera ministra y titular para la Reintegración de los Territorios Ocupados, Iryna Vereshchuk, ha afirmado que los jefes de las administraciones militares de las regiones de Járkov, Lugansk y Donetsk piden a la población que las abandone, según la agencia UNIAN: "Necesitamos evacuar mientras todavía existe tal posibilidad, porque será casi imposible detener el fuego".

Según el último parte bélico, Rusia está empleando activamente la aviación para proseguir su asalto a Mariúpol, donde, según la comisaria para Derechos Humanos del Parlamento ucraniano, Lyudmila Denísova, solo en las últimas 24 horas ha habido 118 bombardeos y donde resisten como pueden más de 130.000 ciudadanos.

El Ministerio de Defensa de Rusia ya anunció el martes por la noche la ofensiva final para la toma de Mariúpol, después de que venciera el ultimátum dado para que las fuerzas ucranianas y las tropas del batallón Azov depusieran las armas y abandonaran la ciudad.

"Teniendo en cuenta el desinterés de Kiev de conservar la vida de sus militares, Mariúpol será liberado de las unidades nacionalistas por las Fuerzas Armadas de Rusia y la República Popular de Donetsk", dijo entonces el mayor general Igor Konashénkov.

Las tropas ucranianas siguen resistiendo

Las tropas ucranianas siguen resistiendo en Mariúpol, contra la que los rusos ya han emprendido una fuerte ofensiva, según ha declarado Oleksiy Arestovych, asesor del jefe de la Oficina del Presidente, en una rueda de prensa en Kiev: "El enemigo ha reanudado la ofensiva en Mariúpol, pero nuestras tropas resisten".

El asesor del presidente Zelenski ha dicho, además, que "las batallas más feroces" se están librando en la región de Lugansk, en las localidades de Rubizhne, Popasna, Siverskodonetsk (...) Estas son áreas donde nuestras tropas están defendiendo, entrando en contraataques, deteniendo al enemigo", ha apuntado. Pero al tiempo ha reconocido que "la situación es muy difícil".

También ha manifestado que las tropas rusas han aumentado el uso de vehículos aéreos no tripulados por temor a utilizar sus aviones y por el alto número de ellos que están siendo derribados por el ejército ucraniano.

Miles de muertos y el 90% de Mariúpol destruido

El asedio a la ciudad no ha cesado desde hace un mes y las fuerzas combaten calle por calle en el centro de la urbe: los rusos y los hombres del líder checheno, Ramzán Kadírov, para tomarla, y las tropas ucranianas para echar a los rusos de la castigada ciudad, en la que más del 90% de la infraestructura ha sido destruida, según las autoridades locales.

"Los fuertes combates y los ataques aéreos rusos continúan en la asediada Mariúpol", ha confirmado el Ministerio de Defensa británico, que ha alertado de que la "situación humanitaria en la ciudad está empeorando", ya que los ciudadanos no tienen ni agua, luz, calefacción o medicinas, ni tampoco comunicación. "Las fuerzas rusas han impedido el acceso humanitario, probablemente para presionar a los defensores para que se rindan", sostiene Londres.

El alcalde de la ciudad, Vadim Boychenko, ha afirmado que "hace una semana estimaciones cautelosas situaron el número de muertos en 5.000", entre ellos unos 210 niños. "Pero dado el tamaño de la ciudad, la destrucción catastrófica, la duración del bloqueo y la feroz resistencia, decenas de miles de civiles de Mariúpol podrían ser víctimas de los ocupantes", ha agregado

Por ello, afirma, Rusia "no tiene prisa por dar luz verde a la misión turca y otras iniciativas para salvar y evacuar por completo la ciudad". Además, ha advertido de que los rusos "han comenzado a operar crematorios móviles" en la ciudad para "tapar sus huellas" de los "crímenes cometidos por el Ejército en Mariúpol tras el genocidio generalizado en Bucha".

Además, ha añadido el alcalde, todos los testigos potenciales de las "atrocidades de los rusos" están siendo silenciados tras ser identificados en campos de filtración, uno de los cuales estaría ahora en Magush, en la región de Donetsk.