Ucrania entra en su tercer año de guerra entre el temor a caer en el olvido. El conflicto, cronificado, está azotado por la fatiga internacional en un escenario en el que la guerra en Gaza ha adquirido peso. En el último año, las tropas rusas han aumentado su fuerza y han presionado aún más a Ucrania. No obstante, la comunidad internacional sigue mostrando su apoyo a Zelenski.

Precisamente este viernes la UE lanzaba otro paquete de sanciones contra Moscú que marca ya la 13ª tanda de sanciones incluyendo medidas contra 106 individuos y 88 entidades, entre ellos el ministro de Defensa, Sergei Shoigu, y por primera vez contra cuatro empresas chinas por ayudar al Kremlin a sortear las sanciones. Los 27 han cumplido así el plazo que se dieron para adoptar la 13ª ronda de restricciones contra Rusia por la agresión militar contra el país vecino cuando se cumplen dos años del ataque.

De hecho, la UE volverá a hacer gala de su apoyo este sábado desde Kyiv. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, ha llegado este sábado a la capital ucraniana para trasladar en nombre de la UE el apoyo "financiero, económico, militar y moral". "Vengo para celebrar la extraordinaria resistencia del valiente pueblo ucraniano", ha declarado a un grupo de periodistas que le acompañan en su viaje, confiada en que la visita sirva para hablar 'in situ' de "todos los aspectos" del apoyo europeo.

El G7 también se reunirá este sábado para mostrar apoyo a Ucrania. Georgia Meloni presidirá el encuentro también desde Kyiv. Además, la mandataria italiana tiene previsto participar en una ceremonia con el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, en el aeropuerto Antonov de Hostomel, lugar simbólico de la resistencia ucraniana en las horas inmediatamente posteriores al ataque ruso a la capital, y después se firmará un acuerdo de seguridad en el Palacio Mariinsky, sede de la presidencia ucraniana.

Precisamente por este aniversario, Amnistía Internacional ha exigido que "todos los responsables de crímenes contra el derecho internacional cometidos en Ucrania comparezcan ante la justicia", lo que implica que "Rusia rinda cuenta de todos los crímenes cometidos desde su intervención militar en 2014", cuando invadió Crimea.

También se ha pronunciado el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, que ha advertido de que ahora "la situación en el campo de batalla sigue siendo extremadamente grave", pero ha reiterado que Ucrania puede seguir contando con el apoyo de sus socios internacionales. "Ucrania se unirá a la OTAN. No es una cuestión de si lo hará, sino de cuándo lo hará", ha afirmado Stoltenberg, que ha subrayado que ya ahora Kiev está "más cerca que nunca" de la Alianza Atlántica, como lo demuestran las ayudas económicas y militares.

El jefe político de la Alianza ha apuntado en un discurso que "el presidente (Vladimir) Putin comenzó esta guerra porque quería cerrar la puerta de la OTAN y negar el derecho de Ucrania a elegir su propio camino", pero "ha logrado justo lo contrario". Dos años después del inicio de la ofensiva, "el objetivo de Putin de dominar Ucrania no ha cambiado", ni hay indicios de que se esté "preparando para la paz". "Pero no debemos perder la esperanza", ha añadido.

Así, ha recordado que "Ucrania no sucumbió en semanas, como muchos temieron", e incluso ha logrado recuperar parte del terreno perdido e infligir importantes daños a las tropas rusas. "Por encima de todo, Ucrania mantiene su libertad y su independencia", ha recalcado.

En este sentido, el jefe del Ejército ucraniano, Oleksandr Sirski, ha apelado a "la unidad" de todos los ucranianos para conseguir "la victoria" sobre Rusia, en un mensaje publicado en su canal de Telegram con motivo del segundo aniversario del comienzo de la guerra en el que recuerda que pocos creyeron al principio en las posibilidades de resistir de Ucrania.

"Hoy, más que nunca, necesitamos unidad. Estoy convencido de que la unidad es nuestra victoria", dijo Sirski en el texto, que rememora los primeros días de la invasión en los que muchos preveían una derrota ucraniana en apenas unos días.

La historia del conflicto

En febrero de 2014, Rusia ocupó la Crimea ucraniana, pero nunca admitió que sus fuerzas armadas también habían entrado en el este de Ucrania ese mismo año. Las pruebas publicadas por Amnistía Internacional desde 2014 -examen de imágenes de satélite y declaraciones de testigos presenciales- confirmaron esa entrada de las tropas rusas, lo que significa que este conflicto armado internacional dura ya diez años.

Entre 2014 y 2021, más de 10.000 civiles murieron o sufrieron heridas en Ucrania, y en el primer año de combates se informó de numerosas violaciones de las leyes de la guerra. Cientos de miles de personas se desplazaron desde el este de Ucrania después de que grupos armados respaldados por Rusia proclamaran las 'repúblicas populares' de Donetsk y Luhansk, aunque muchas otras se quedaron.

Residentes de Slovyansk contaron a Amnistía Internacional que, en 2014, un grupo armado secuestró a un clérigo local, a dos de sus hijos y a dos feligreses, y pidió por ellos un rescate de 50.000 dólares estadounidenses. Para cuando la comunidad local consiguió reunir el dinero, los cinco cautivos habían muerto a manos de sus secuestradores. Con la invasión a gran escala de Rusia hace dos años, los ataques se extendieron por todo el país.