289 días después de que el primer tanque ruso atravesara la frontera ucraniana, el país liderado por Volodímir Zelenski busca vencer al Kremlin sin depender de la ayuda externa. Las previsiones de que el conflicto se alargue han provocado que el presidente se plantee la necesidad de fabricar sus propias armas militares.

El ministro de Defensa de Ucrania, Oleksii Réznikov, ha asegurado que el país necesita desarrollar su propia industria militar, inexistente al separarse de Rusia con la ruptura de la URSS. Ucrania heredó entonces el 15% de la producción militar de la Unión Soviética, pero todas las fábricas cayeron en desuso hasta la invasión de Crimea en 2014.

Desde hace una década, poco a poco, Ucrania ha vuelto a activar su industria armamentística. Sin embargo, con la invasión les surgió un nuevo problema, ya que todas las plantas se nutrían de suministros rusos que ahora escasean.

Yago Rodríguez, fundador de 'The Political Room', ha explicado que Occidente está enviando "todo lo que queda de origen soviético en Europa", pero advierte: "Si esto sigue así va a haber un momento en el que va a haber que entregarles 'Leopard-2', que son tanques caros". Además, tras más de 9 meses de guerra, el suministro de la OTAN amenaza con acabarse. A medida que el conflicto se alarga surgen más voces discrepantes sobre si la Alianza debería apoyarlos indefinidamente.

Antiguos países soviéticos han reactivado sus líneas de producción para seguir suministrando manterial a Ucrania, e incluso se han valido de lo que los rusos han dejado atrás. Sin embargo, la postura de Occidente ha avivado la intención de Kiev de reactivar su industria cuanto antes: "No somos independientes. Es mejor tener nuevos sistemas, con nuevas municiones, con estándares de la OTAN", ha defendido Reznikov.