El bombardeo del Ejército ucraniano de un puente en Jersón sobre el río Dnipro, clave para el suministro de esta ciudad del sur de Ucrania, incrementa las expectativas de su recuperación en medio de una difícil situación humanitaria, mientras las tropas rusas endurecen sus controles para localizar a los partisanos locales. Ucrania se dispone a lanzar una gran contraofensiva en el sur ocupado y ahora el único puente para automóviles sobre el río en Jersón está cerrado al transporte.

"Estamos haciendo todo lo posible para garantizar que las fuerzas de ocupación no tengan ninguna oportunidad logística en nuestra tierra", ha aseverado el presidente Volodímir Zelenski. La ciudad ucraniana invadida por las tropas rusas desde el comienzo de la guerra está tratando de ser reconquistada mediante una contraofensiva del Ejército ucraniano, mientras sus ciudadanos la esperan con expectación.

Con este hito, explica el analista Pedro Rodríguez, se consigue "crear un embolsamiento, rodear a los rusos en la zona de Jersón". Sin embargo, por su parte, Rusia afirma que las tropas ucranianas no tienen nada que hacer allí.

Lo cierto es que el Ejército ruso sigue sin lograr apenas avances territoriales en la región de Donetsk casi un mes después de proclamar su victoria en la vecina Lugansk, a la espera de refuerzos en forma de batallones de voluntarios de varias regiones rusas. El Estado Mayor General de Ucrania ha admitido que el enemigo concentra sus esfuerzos ofensivos en lograr "el control total" del Donbás, pero que no ha logrado progresar en dirección a los bastiones ucranianos en Donetsk.

Desde principios de julio, el único éxito ruso, según reconocieron Kiev y los separatistas prorrusos, ha sido la toma esta semana de la central eléctrica de Uglegórskaya por un comando de la temida compañía privada rusa Wagner, especializada en el asalto de instalaciones energéticas en Siria y el norte de África.