En una nueva jornada de guerra en Ucrania, el jefe de la inteligencia ucraniana ha señalado el objetivo que cree que tiene Vladimir Putin: dividir el país en dos. Allí preocupa el ataque ruso sobre almacenes de combustibles y alimentos en lo que supone un nuevo cambio de estrategia.
En ese escenario del conflicto, Rusia se centraría en su conquista en el este, con el Donbás, y en el sur para hacerse con el control del Mar Negro. De esta forma, buscaría unir los territorios ocupados en una sola entidad y separarlos así de las regiones no ocupadas.
La resistencia ucraniana y la imposibilidad de los rusos de derrocar al Gobierno central han obligado a Rusia a dar un nuevo giro a su invasión, con Putin alabando a sus tropas y los ucranianos anticipando lo que ya se podía dar por hecho: se quedarán hasta el final defendiendo su tierra.
Mientras tanto, una caravana de civiles ha conseguido dejar atrás una Mariúpol asolada por las bombas. En palabras de su alcalde, la han querido borrar de la faz de la tierra. Los bombardeos tampoco cesan en Járkov, a la que Rusia estaría atacando con lo que parece un lanzacohetes, pero en realidad disapara minas antipersonales.