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Ucrania acusa a Putin de mentir sobre el presunto ataque contra una de sus residencias
El contexto En plena negociación con Donald Trump, Volodímir Zelenski ha acusado a Rusia de intentar dinamitar los avances hacia la paz. Ha calificado de "peligrosas" las declaraciones de Lavrov y ha tachado la actuación de Moscú de "tácticas mentirosas habituales".

Resumen IA supervisado
Rusia ha acusado a Ucrania de lanzar un ataque con drones contra una residencia presidencial de Vladímir Putin en la región de Nóvgorod, afirmando que todos los drones fueron interceptados sin causar daños. Sin embargo, vecinos del área no escucharon explosiones, lo que plantea dudas sobre la versión oficial. Ucrania niega tajantemente el ataque, acusando a Rusia de fabricar un pretexto para justificar una escalada militar y obstaculizar las negociaciones de paz. El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, y su ministro de Exteriores, Andrí Sibiga, han pedido una reacción internacional, calificando las acusaciones rusas de falsas y peligrosas. Estos eventos ocurren en un momento crítico, con negociaciones de paz en curso entre Ucrania, Rusia y Estados Unidos.
* Resumen supervisado por periodistas.
Rusia asegura que Ucrania lanzó un ataque con drones contra una de las residencias del presidente Vladímir Putin. Sin embargo, la versión oficial del Kremlin empieza a mostrar grietas. El 'New York Times' ha hablado con vecinos de la zona donde supuestamente ocurrió el ataque y ninguno afirma haber escuchado explosiones ni la activación de sistemas de defensa antiaérea, algo difícil de pasar por alto en un incidente de este tipo.
Según Moscú, en la noche del 28 al 29 de diciembre, Ucrania habría lanzado 91 drones de largo alcance contra una residencia presidencial en la región de Nóvgorod. El ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, afirmó que todos los aparatos fueron interceptados y que no se registraron víctimas ni daños materiales.
Lavrov añadió que el presunto ataque se produjo en pleno proceso de negociaciones entre Rusia y Estados Unidos para buscar una salida al conflicto y advirtió de que este tipo de acciones "no quedarán impunes". Al mismo tiempo, señaló que Moscú no se retirará de las conversaciones de paz, aunque sí revisará su postura a la luz de lo ocurrido.
Ante esto, Kyiv niega de forma tajante esa versión y acusa a Rusia de fabricar un pretexto para justificar una nueva escalada militar y entorpecer los avances diplomáticos. El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, fue directo: "Los rusos han inventado una historia obviamente falsa sobre un supuesto ataque a la residencia del dictador ruso para tener una excusa con la que continuar los bombardeos contra Ucrania", escribió en su canal de Telegram.
Zelenski calificó las declaraciones de Lavrov como "peligrosas" y advirtió de que su objetivo es romper los avances logrados en las negociaciones de paz impulsadas por Ucrania y Estados Unidos. El mandatario ucraniano se reunió el domingo en Florida durante tres horas con el presidente estadounidense, Donald Trump, para abordar posibles vías hacia un acuerdo.
"Estas son tácticas mentirosas habituales de Rusia", añadió Zelenski, subrayando que Ucrania no está tomando ninguna medida que pueda debilitar los esfuerzos diplomáticos. "Rusia siempre actúa así. Esa es una de las cosas que nos separa", remarcó.
Kyiv pide una reacción internacional
El ministro de Exteriores ucraniano, Andrí Sibiga, reforzó el mensaje y calificó el supuesto ataque como una "fabricación" destinada a crear una falsa justificación para intensificar la guerra y bloquear el proceso de paz. "Ha pasado casi un día y Rusia aún no ha proporcionado pruebas plausibles de sus acusaciones sobre el supuesto ‘ataque de Ucrania a la residencia de Putin’. Y no lo harán. Porque no hay ninguna. No se produjo ningún ataque de ese tipo”, en una declaración que recoge la postura oficial de Kiev ante las denuncias rusas.
"Es una táctica clásica de Rusia: acusar a la otra parte de lo que tú mismo estás haciendo o planeando hacer", escribió Sibiga en la red social X, donde pidió una condena clara por parte de la comunidad internacional.
En medio de las negociaciones
Todos estos acontecimientos se producen en un momento especialmente delicado del proceso diplomático. El pasado domingo, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se reunió durante tres horas en su residencia de Mar-a-Lago, en Florida, con el presidente ucraniano. Tras el encuentro, Trump aseguró que un acuerdo de paz para Ucrania está "muy cerca", aunque admitió que aún persisten "asuntos difíciles" por resolver, especialmente en lo relativo al futuro del Donbás. "Creo que nos estamos acercando a un acuerdo", afirmó.
Un día después, el mandatario estadounidense mantuvo una llamada que calificó de "positiva" con su homólogo ruso. En esa conversación, Vladímir Putin le trasladó su intención de revisar su postura y algunos de los compromisos alcanzados en negociaciones previas sobre Ucrania, a raíz del supuesto ataque contra la residencia presidencial en Nóvgorod.
Según relató el propio Trump, Putin le informó de que habría sido objeto de un intento de asesinato. "Putin me lo ha contado. Esta mañana temprano me ha dicho que ha sido atacado", declaró el presidente estadounidense antes de reunirse con el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu.
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