A Moscú han llegado este martes hasta 135 niños ucranianos procedentes de la región de Donetsk, uno de los territorios actualmente ocupados por las fuerzas de Putin. Los menores han llegado en un avión del Ministerio de Defensa de Rusia y su futuro ahora es incierto, dado que serán reubicados en familias rusas. Según el Kremlin, los padres habrían autorizado el traslado de sus hijos.
No obstante, la ONU ya denunció que se estaban produciendo traslados forzosos con el objetivo es separar a las familias ucranianas. Desde el país invadido, Petro Andriushchenko, asesor del alcalde de Mariúpol, ha asegurado que ese traslado no es legal: "Rusia continúa robando niños de Mariupol y la región de Donetsk". Según el dirigente, los niños han recibido inmediatamente la ciudadanía rusa.
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Ahora, según informa el medio ucraniano 'Ukrinform', el Kremlin planea reasentar a los niños ucranianos entre familias rusas en Astrakhan, Voronezh, Kursk, Moscú, Murmansk y otras regiones. "Los niños están recluidos en un campamento cerca de Moscú. La comisionada de niños rusa, Lvova-Belova, continúa guiando el programa de secuestro de niños ucranianos", ha denunciado Andriushchenko.