El pulso del Gobierno de Recep Tayyip Erdogan a la Unión de Europea continúa su curso. Después de anunciar la apertura de sus fronteras con Grecia a los migrantes sirios provocando que miles de ellos se agolpen en los puntos fronterizos y sean repelidos con gases lacrimógenos e incluso disparos, ahora Ankara ha informado de que enviará 1.000 policías a la frontera griega para frenar la devolución de refugiados.

Bruselas, por su parte permanece impasible junto Grecia y apoya su dura política contra los migrantes. Según han acordado los ministros de Interior del bloque en una reunión extraordinaria en Bruselas, la Unión Europea "no tolerará" el paso irregular de migrantes a través de su frontera exterior y tomará "todas las medidas necesarias" para impedirlo.

La Unión Europea ha evitado desde el domingo responder a si cree que Grecia está violando el Derecho internacional por negar protección internacional a los refugiados pero tras la reunión a Veintisiete, la comisaria de Interior, Ylva Johansson, confiaba en que las autoridades griegas sigan el compromiso que recoge la declaración.

Mientras que el ministro francés del ramo aseguraba que su responsabilidad es "asegurar a nuestros ciudadanos que estamos protegendo nuestras fronteras", dejando claro que esta protección está por encima de la asistencia a los más vulnerables.

Así actúan los caza-refugiados

Mientras tanto, en el lado griego de la frontera los grupos de caza-refugiados continúan hostigando a los migrantes. Encapuchados y con palos, los ultras griegos acosan a los migrantes obligándoles a ponerse de rodillas con las manos en alto según puede verse en varios vídeos difundidos.

Según medios locales, estos grupos estarían coordinados con las patrullas fronterizas griegas. De hecho, según cuenta la eurodiputada Ana Miranda, la policía reprende a los que tienden la mano a las víctimas. La parlamentaria de BNG fue amenazada con ser arrestada por intentar ayudar a una familia afgana en Lesbos.

Este miércoles, por el momento, no hay que lamentar muertes ni uso de gases lacrimógenos.