El ministro de Exteriores de Turquía, Mevlut Cavusoglu, ha acusado a Rusia de bombardear colegios y hospitales en el marco de su ofensiva aérea contra "grupos terroristas" en suelo sirio, lo que constituiría un crimen de guerra.
Cavusoglu ha sostenido desde Múnich, donde estos días se celebra una conferencia internacional, que los ataques indiscriminados a zonas civiles en Alepo son la razón de que decenas de miles de sirios hayan huido en las últimas semanas hacia Turquía.
El régimen de Bashar al Assad, apoyado por la aviación rusa, ha lanzado una operación militar sobre la provincia de Alepo, en el norte, que ha llevado a al menos 50.000 sirios hacia la frontera turca, que permanece cerrada.
Cavusoglu ha considerado que el principio de acuerdo alcanzado esta madrugada para un alto el fuego en Siria, precisamente, gracias a la mediación de Rusia y Estados Unidos, es "una oportunidad" para cesar los bombardeos, los ataques contra civiles y ofrecer acceso humanitario.
El canciller turco ha advertido de que si Rusia no cesa sus bombardeos contra las fuerzas opositoras sirias no será posible aplicar la tregua, aunque se ha mostrado partidario de que el Kremlin siga golpeando a los terroristas, si bien en coordinación con la coalición internacional.