Alexis Tsipras, actual primer ministro de Grecia, ha pedido al presidente del país Prokopis Pavlópulos disolver el Parlamento y convocar unas elecciones anticipadas para el próximo 7 de julio.

La exigencia viene motivada después de los malos resultados de su partido en las elecciones europeas y locales del pasado 26 de mayo. En esa ocasión la formación Syriza quedó nueve puntos y medio por detrás del partido conservador Nueva Democracia.

"Por ese motivo le pido, asumiendo toda mi responsabilidad, que disuelva el Parlamento y convoque elecciones para renovar el mandato popular", declaró Tsipras.

Ante esos resultados, se hubiera abierto un periodo electoral que hubiera durado más de cuatro meses, algo que no es favorable para la economía, y hubiera puesto en peligro los sacrificios del pueblo griego, según ha explicado el líder de Syriza.

En el momento que el presidente publique el decreto previsto para el próximo 11 o 12 de junio, la campaña electoral quedará abierta. El objetivo de Syriza es reducir, en la medida de lo posible, la amplia ventaja de Nueva Democracia que, según la primera encuesta publicada después de las elecciones europeas, alcanza los diez puntos porcentuales.

A diferencia de las elecciones de septiembre de 2015, las segundas que convocó Tsipras en un año, tras la fractura de su grupo parlamentario y su consecuente dimisión, esta vez no es necesario formar un Gobierno de transición.