El Gobierno del presidente de EEUU, Donald Trump, ha aprobado un plan para abrir el Refugio Nacional de Vida Silvestre del Ártico, en Alaska, a la explotación de petróleo, una medida que los grupos medioambientales describieron como un ataque.

La decisión anunciada por el Departamento del Interior podría conducir a la adjudicación de concesiones antes de fin de año en todo el refugio, que cubre 631.800 hectáreas y es hábitat de especies como los osos polares y los caribúes.

Aunque el Congreso designó en 1980 la franja costera de la reserva, en el nordeste de Alaska, para posibles explotaciones petroleras, el Refugio del Ártico ha sido territorio vedado para las perforaciones. "El establecimiento de este programa es un hito mayor", afirmó el secretario del Interior, David Bernhardt.

En el último año, cinco de los seis grandes bancos de EEUU han reconocido que las explotaciones en el Ártico son una mala inversión y se unieron a más de 20 instituciones financieras de todo el mundo en actualizar sus políticas inversionistas para excluir la financiación de perforaciones en esa región, incluyendo el Refugio del Ártico.