El candidato presidencial republicano, Donald Trump, ahondó hoy su brecha con la cúpula de su partido, al asegurar que se ha quitado los "grilletes" que le encadenaban a la formación y que luchará a su manera por la Casa Blanca, tras perder el respaldo de muchos políticos conservadores en los últimos días.

Cuando faltan justo cuatro semanas para las elecciones del 8 de noviembre, Trump dejó estallar su rencor hacia las figuras del aparato republicano con las que se vio obligado a casarse para impulsar su candidatura, y en particular hacia el presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, que ha dejado de defenderle.

"Nuestro muy débil e incompetente líder, Paul Ryan, lo pasó mal en una conferencia telefónica donde sus miembros (republicanos de la Cámara de Representantes) se enfadaron muchísimo por su deslealtad", escribió Trump en su cuenta oficial de Twitter.

El magnate se refería a la conversación que tuvo Ryan con varios congresistas republicanos, en la que dijo que ya no defendería más a Trump ni haría campaña con él antes de las elecciones, aunque no llegó al extremo de retirarle su apoyo.

Ryan se sumó así a los numerosos republicanos que se han distanciado de Trump, le han retirado su respaldo o han pedido su renuncia debido a los comentarios denigrantes sobre las mujeres que el multimillonario hizo en 2005, revelados el pasado viernes en un vídeo y que le han generado acusaciones de acoso sexual.

Claramente enojado por esa pérdida de apoyos, Trump se quejó hoy en un tuit de que "es difícil que te vaya bien cuando Paul Ryan y otros te dan cero apoyo", pero enseguida cambió de tono y se mostró confiado en sus opciones incluso sin el respaldo de su partido. "Está muy bien que me hayan quitado los grilletes.