Aunque miles de personas han hincado la rodilla contra el racismo policial en EEUU, Donald Trump se resiste a hacerlo. En su lugar, defiende la actuación de los agentes durante las protestas: "Algunas veces vemos cosas horribles como la que hemos presenciado recientemente. Pero, el 99% de los policías son gente magnífica".

Además, el presidente estadounidense se ha mostrado tajante al destacar en su cuenta de Twitter que "no se tocará a la policía", una idea que considera "de locos, de la izquierda radical" y ha afirmado que "no se le quitará la financiación ni habrá desmantelamiento" de la Policía. Porque aunque Trump se muestra abierto a debatir sobre conceptos e ideas, descarta la reforma del Cuerpo de Policía que proponen los demócratas.

Por su parte, la oposición pretende sacar adelante una ambiciosa ley para combatir la violencia policial y la injusticia racial, que incluiría importantes y drásticos cambios como la prohibición de las maniobras que dificulten la respiración, la obligatoriedad en todo el país que los policías lleven cámaras corporales y se elevaría a delito de odio federal el abuso policial y el linchamiento. "El mundo no debería ser testigo nunca más de lo que vimos en las calles de Mineápolis", ha resaltado Karen Bass, presidenta del Grupo de legisladores negros del Congreso.

Una reforma que se queda corta para activistas y manifestantes, porque el proyecto no contempla la retirada de fondos a la Policía. Por su parte, el candidato demócrata a la Presidencia, Joe Biden ha viajado hasta Houston, Texas, en donde se ha celebrado el último acto de homenaje a George Floyd antes de ser enterrado. Biden se ha reunido durante más de una hora con los familiares de Floyd para dar el pésame y explicarles cómo erradicar el racismo en la policía.