El Gobierno de EEUU publicó nuevas normas para las investigaciones de abusos sexuales en los campus del país, unas reglas que endurecen el proceso de denuncia para las presuntas víctimas en un intento de proteger el derecho al "debido proceso" de los alumnos o profesores acusados.

Las nuevas normas reducen el número de comportamientos que se consideran "abuso sexual".

Los cambios anunciados por el Departamento de Educación entrarán en vigor el 14 de agosto, reducen el número de comportamientos que se consideran "abuso sexual" y exigen, entre otras cosas, que las alumnas que denuncian sean interrogadas en una audiencia pública por los representantes de sus presuntos agresores.

Esa norma, cuyo borrador se adelantó hace dos años, preocupa tanto a las organizaciones que defienden los derechos de víctimas de abusos sexuales como a muchas universidades, que temen que ese énfasis en los derechos de los acusados haga sentir a quienes hayan sufrido un abuso que no tiene sentido denunciarlo.

Una de cada cuatro estudiantes de grado universitario de EEUU son violadas o sometidas a abusos sexuales, según un estudio de la Asociación Estadounidense de Universidades (AAU) del pasado mes de octubre.

El Gobierno de Trump argumentó que las reglas anteriores, establecidas durante el mandato de Obama, no daban suficientes garantías a los acusados de abuso sexual. "Hemos escuchado a demasiados estudiantes cuyas carreras quedan manchadas por administradores (de las universidades) sin ninguna semblanza de debido proceso. Eso debe parar", afirmó el encargado adjunto de derechos civiles en el Departamento de Educación, Kenneth Marcus.