El presidente saliente de Estados Unidos, Donald Trump, ha anunciado este jueves que su país ha reconocido la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara Occidental, un territorio en disputa desde que España lo abandonase en 1976. .

Trump lo ha anunciado con un mensaje en Twitter: "Hoy firmé una proclamación reconociendo la soberanía marroquí sobre Sáhara Occidental. ¡La propuesta de autonomía seria, creíble y realista de Marruecos es la ÚNICA base para una solución justa y duradera por una paz y prosperidad perdurables".

En otro mensaje publicado en su red social predilecta, Trump afirma que "Marruecos reconoció a Estados Unidos en 1777", por lo que considera "correcto" reconocer "su soberanía sobre el Sáhara Occidental", un territorio donde han aumentado durante las últimas semanas las tensiones entre el Frente Polisario, que reclama la independencia del territorio, y el gobierno de Rabat, que mantiene ocupada la mayoría de la antigua colonia española.

El periodista Sandro Pozzi, corresponsal en Estados Unidos, ha informado de que el rey de Marruecos califica de "histórico" el reconocimiento de su soberanía sobre el Sahara Occidental que ha hecho Estados Unidos.

Pero esta decisión, en contra de todas las resoluciones de las Naciones Unidas, no ha sentado nada bien a la ONU. Tal y como ha informado Pozzi, el portavoz de la de la organización ha reconocido que se han enterado "por tuit". La solución del conflicto, insiste, debe resolverse siguiendo las resoluciones del Consejo de Seguridad.

Desde el Gobierno español, la reacción ha venido de la ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, quien ha reconocido que el anuncio de Trump "no nos ha pillado por sorpresa".

Israel como moneda de cambio

El mandatario norteamericano, que abandonará el cargo el 20 de enero, ha anunciado este cambio en el marco de otro "histórico" acuerdo, según el cual Marruecos e Israel han acordado el establecimiento pleno de relaciones diplomáticas. Marruecos se suma así a Emiratos Árabes Unidos, Bahréin y Sudán, que también firmaron acuerdos similares al auspicio de Estados Unidos.

Rabat plantea una autonomía limitada para la antigua colonia española, mientras que el Frente Polisario, que controla la autoproclamada República Árabe Saharaui Democrática (RASD), defiende el derecho de autodeterminación. La tensión entre las dos partes se disparó en noviembre por el bloqueo del paso de Guerguerat, en la frontera con Mauritania, y la operación lanzada en la zona por fuerzas marroquíes.

La ONU, que supervisa el alto el fuego pactado en 1991, ha apelado a la calma en el Sáhara Occidental, a la espera de que el secretario general, António Guterres, designe un enviado especial tras más de un año y medio en el que el puesto ha permanecido vacante (el expresidente alemán Horst Koehler dimitio en mayo de 2019).

El Sáhara Occidental figura como territorio no autónomo para Naciones Unidas, a la espera de un acuerdo pactado --o incluso de un referéndum-- que no termina de llegar. El último acercamiento entre las partes llegó de la mano de Koehler, aunque entonces ni las autoridades de Marruecos ni el Polisario se movieron de sus respectivas posiciones.