La ONG egipcia 'Asociación para la Libertad de Pensamiento y Expresión' (AFTE, por sus siglas en inglés), que se encarga de la defensa de Fathy, informó de que la activista tendrá que volver a la cárcel, después de que quedara en libertad condicional el pasado día 27.

Fathy había sido condenada el pasado septiembre a dos años de cárcel y a pagar una multa de unos 550 dólares (480 euros) por "difundir noticias falsas" y un vídeo que atenta contra la "moral pública", pero había pagado una fianza de 1.100 dólares (960 euros) para que la pena de cárcel quedara suspendida.

El Tribunal de Delitos del Sur de El Cairo había ordenado su liberación con medidas cautelares el día 18 de diciembre, pero la decisión no fue aplicada hasta el 27, cuando la activista fue puesta bajo arresto domiciliario.

Además de las acusaciones por el vídeo que difundió en las redes sociales, Fathy se enfrenta a otros cargos, como "pertenencia a grupo terrorista", en el marco de un gran caso en el que están siendo investigados activistas, periodistas y opositores, y que continúa abierto.

Fathy fue detenida en su vivienda de El Cairo el pasado mayo junto a su marido, Mohamed Lofty, director de la ONG 'Comisión Egipcia para los Derechos y las Libertades', contra el cual no fueron formulados cargos.

'Amnistía Internacional' ha denunciado reiteradamente la detención y enjuiciamiento de la activista, la cual ha sido condenada "simplemente por su coraje de hablar en contra del acoso sexual". "Este veredicto es una burla de la justicia y debería ser una mancha en la conciencia de las autoridades egipcias", aseguró la organización en un comunicado.

"El momento del veredicto es especialmente cruel, porque llega sólo pocos días después de que Amal se reuniera con sus seres queridos", agregó. Asimismo, pidió a las autoridades eliminar todos los cargos contra ella en lugar de tomar represalias contra aquellas "personas que de forma valiente dicen lo que piensan libremente".