El autor de la mayor matanza deTexas, Devin Kelley, repasó todas las filas de la iglesia en busca de supervivientes para propinarles un disparo mortal, según explicó una pareja que sobrevivió al ataque.

Roxana Solís y Joaquín Ramírez fueron dos de los pocos más de 20 supervivientes del tiroteo. La pareja se encontraba en uno de los primeros pasillos de la iglesia cuando el joven entró y empezó a disparar de manera indiscriminada.

El primer objetivo de Kelley fueron los adolescentes que grababan el oficio religioso y posteriormente disparó a los músicos, según el relato de Solís, que recibió un disparo en el hombro durante los 16 minutos de tiroteo.

"Después de sentir el disparo me hice la muerta, traté de ser lo más silenciosa posible para que el tirador creyera que había fallecido", recordó. "Parecía una lluvia de balas", añadió.

La pareja superviviente asegura que el asesino fue especialmente "salvaje" con los niños, a quiénes fusiló a quemarropa. En algunas ocasiones, las madres de los pequeños "trataron de defender a sus hijos poniéndose delante" y pidiendo clemencia, pero Kelley no vaciló y mató a las mujeres también.