Se cumplen 12 meses de aquel24 de febrero de 2022. Ese día empezó una guerra que ha puesto en evidencia, una vez más, que la población civil es la gran perjudicada en estos conflictos. A los ciudadanos ucranianos no les ha temblado el pulso a la hora de coger el móvil para denunciar las situaciones más injustas. Como la de los 487 niños que han fallecido por los ataques rusos o los otros muchos que se han visto obligados a abandonar sus parques y escuelas para tratar de sobrevivir en búnkeres. Estas son sus historias.

Makar, de 7 años, lo tiene claro. No piensa perdonar nunca al ejército ruso, confesaba escondido en un búnker en Mariúpolel pasado mes de abril. No es el único pequeño que ha permanecido largas temporadas bajo el suelo. Alice, de 4 años, llevaba 50 días en uno de estos refugios cuando pidió ante las cámaras ser evacuada. Junto a su madre, aseguraba echar de menos a los suyos. Especialmente a su abuela.

También hay quien ha pasado ya buena parte de su vida bajo tierra. Es el caso de 17 niños nacidos al mes de empezar la guerra, que fueron llevados a un sótano de un edificio a las afueras de Kyiv. Estos pequeños han sobrevivido dentro de sus cunas de plástico gracias al cuidado de tres enfermeras.

En la misma capital, unos niños enfermos de cáncer se resguardaban en el sótano de la que es su casa, el hospital Okhmadet de Kyiv. Junto a sus padres, continuaban con sus tratamientos. Esos por los que no podían abandonar su guarida. Siempre al son de las sirenas y de los bombardeos que caían a las afueras de la capital. Su hospital, afortunadamente, no corrió la misma suerte que otros. En las zonas de conflicto, más de 801 estructuras sanitarias, incluidas unidades móviles, han sido dañadas por los bombardeos, según cifras de Médicos del Mundo España.

Niños enfermos y sus madres, refugiados en los sótanos del hospital Okhmadet de Kiev

Entre ellos elhospital de maternidad de Mariúpol, atacado por el ejército ruso a mediados de marzo de 2022. De sus escombros fue rescatada una madre embarazada aún con la esperanza de salvar a su bebé. Pero cuando esa esperanza se dio de frente con la realidad, la mujer prefirió morir. Y así se lo hizo saber al cirujano que trataba de salvarle la vida. "Más de 30 minutos de reanimación de la madre no produjeron resultados", explicó el médico. Madre e hijo murieron. Otras dos familias rescatadas de este mismo hospital bombardeado lograron salir adelante. Verónica y Alana empezaron su vida sobreviviendo.

Sobrevivir era el objetivo del grupo de niños que en abril llevaba más de dos meses creciendo en el metro de Járkov. Valery, director del museo del juguete y convertido en profesor por un tiempo, les hacía esa aventura más llevadera a través de juegos y acertijos. Con esas actividades convirtieron los pasillos del metro de su ciudad en un mundo repleto de colores y arco iris. Un lugar en el que soñar con el momento en el que puedan salir de esa pesadilla que ha terminado con su infancia, la guerra.