De nuevo, las calles de Londres sembradas de víctimas del terrorismo tendidas en el suelo, inmóviles tras ser atropelladas por un islamófobo.

En pleno Ramadán, acababan de terminar el último rezo del día; salían de la mezquita cuando un hombre, al grito de "voy a matar a todos los musulmanes", empotró una camioneta de grandes dimensiones contra la multitud.

El atacante, de unos 48 años, trató de huir a pie pero fue reducido por los supervivientes. Algunos no pudieron contener su ira y le golpearon. La Policía le arrestó y el imán de la mezquita temía que se desatase un linchamiento. "Que nadie le ataque, no lo toquen", afirmaba.

Con la luz del día, los agentes seguían trabajando en el lugar del ataque y han confirmado que el agresor actuó solo.

En el atentado una víctima ha muerto, ocho heridos están ingresados y dos fueron dados de alta in situ. Theresa May cree que en los últimos años el Gobierno ha sido demasiado tolerante con los extremismos y promete combatirlos, sean de la naturaleza que sean.

"Policía extra ha sido desplegada para proteger a las comunidades", ha declarado. Más protección para que más inocentes no sean el blanco de los terroristas.