La situación en Afganistán sigue dejando imágenes dramáticas de la crisis humanitaria en el país, que no solo se cierne sobre la población, sino también sobre activistas y profesionales de distintos ámbitos. En este sentido, como se puede ver en el vídeo que acompaña estas líneas, dos periodistas afganos fueron víctima de terribles torturas por parte de los talibanes.

De ello ha hablado Stephanie Glinski, una periodista freelance, corresponsal en Kabul, que ha relatado la forma en la que se sucedieron los hechos. Concretamente, los dos periodistas afectados son Nehmatullah, de 28 años, y Taqui, de tan solo 22.

"El miércoles, Taqi Daryabi fue llevado a una pequeña habitación de una comisaría de policía del oeste de Kabul, seguido por unos ocho combatientes talibanes -no recuerda bien el número exacto-. Estos le dijeron que se tumbara en el suelo boca abajo", empieza relatando la periodista en una publicación de Instagram.

En este sentido, Glinski informa de que la víctima denuncia que los golpes, las patadas y los azotes (les dieron con un látigo hasta provocarles la inconsciencia) "empezaron casi inmediatamente". "El joven de 22 años se desmayó, y le despertaban hombres furiosos que le arrojaban agua fría a la cara. En cuanto recuperaba la conciencia, las agresiones volvían a empezar", apunta la periodista.

Estaban cubriendo una protesta de mujeres

Taqui y Nehmatullah trabajan para uno de los principales medios de comunicación del país. Y, cumpliendo con su deber como fotorreporteros, decidieron acudir a una protesta contra el régimen talibán protagonizada principalmente por mujeres. Ahí fue donde fueron detenidos, sin ningún tipo de explicación y haciendo caso omiso a que estaban trabajando para un medio de comunicación, para después ser apalizados.

Si bien el primero en recibir las agresiones fue Taqui, Nehmatullah , fue arrastrado igualmente a una pequeña habitación y "azotado por diez hombres hasta quedar inconsciente", explica la periodista, que recoge sus declaraciones: "Cuando me golpeaban, utilizando palos, cables, goma y sus pies, pensé que iba a morir. El dolor era insoportable. Pensé que era mi último día", asegura que relató a su propio periódico.

Las lesiones, como se aprecia en las imágenes, son de gravedad. De hecho, Nehmatullah apenas podía mover ni los brazos ni las piernas. Tras los hechos, ambos, a los que los torturadores finalmente liberaron, fueron atendidos en un hospital. Una nueva muestra de hasta dónde ha llegado la escalada de violencia en Afganistán en los últimos días.