Más de 300 surcoreanos regresaron a su país tras reencontrarse con sus familiares residentes en el Norte y a los que no veían desde hace casi siete décadas, en la última jornada de encuentros de este tipo organizados por Pionyang y Seúl.
Los participantes, en su mayoría septuagenarios y octogenarios, retornaron al Sur tras ver a sus parientes del Norte en breves sesiones a lo largo tres días en un complejo vacacional en el Monte Kumgang, en la costa suroriental norcoreana.
Un total de 326 surcoreanos de 81 familias se reunieron con cerca de un centenar de allegados residentes en el país vecino y de los que se separaron a raíz la Guerra de Corea (1950-53), según informó el Ministerio de Unificación de Corea del Sur.
Con el retorno de este grupo de surcoreanos se cierra la segunda y última ronda de reencuentros familiares celebrados esta semana, en medio del ambiente de distensión emprendido este año entre dos países que permanecen técnicamente enfrentados.
En la primera ronda de reuniones familiares celebrada en el mismo escenario, participaron otros 89 surcoreanos, elegidos por sorteo y en función de su edad y estado de salud, y 185 norcoreanos.
El número de surcoreanos registrados para solicitar plaza en estas reuniones era de 132.124 (el 86% de los cuales tiene 70 años o más), aunque se cree que menos de 57.000 siguen vivos, según datos del Ejecutivo de Seúl.
Estas reuniones son las primeras de este tipo desde 2015 y forman parte del compromiso adoptado por el presidente surcoreano, Moon Jae-in, y el líder norcoreano, Kim Jong-un, durante su histórica cumbre en la que también acordaron trabajar para establecer la paz permanente en la península.
Desde el año 2000, las dos Coreas han organizado un total de 20 rondas de encuentros entre familiares separados, en las que han participado unos 20.000 coreanos.