La viróloga china Li-Meng Yan, huida de su país el pasado mes de abril, sostiene que el origen del coronavirus no es natural y que está recabando "pruebas sólidas" para demostrarlo.

La doctora, que ha causado una gran controversia con sus declaraciones sobre la pandemia, se muestra convencida de que esta no se originó en un mercado de alimentos de Wuhan, tal y como apunta la teoría más extendida entre la comunidad científica sobre el origen del brote.

Yan acusa a su país de haber mentido sobre el coronavirus y niega, a su vez, que un animal fuera el responsable de que se transmitiera a a los seres humanos. "El mercado de Wuhan no es el origen del brote, ni un animal salvaje el huésped intermedio. La COVID-19 no procede de la naturaleza. El mercado solo es una cabeza de turco", aseveraba en una reciente entrevista con el diario 'El Mundo'.

A pesar de que la propia Organización Mundial de la Salud (OMS) ha desmentido que el coronavirus se originase en un laboratorio, como ha sugerido también el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.

Origen animal

Ya en abril, la portavoz de la OMS Fadela Chaib señaló que la evidencia disponible hasta ese momento sugería "que el virus tuvo un origen animal y no sufrió manipulaciones genéticas". El reservorio natural del virus, de acuerdo con la OMS, eran los murciélagos, y de allí llegó a una especie "intermediaria" desde la que saltó a los seres humanos.

Chaib asimismo alertó sobre la "infodemia" generada a raíz de la crisis sanitaria y advirtió de que "es habitual que ante un nuevo virus las teorías conspiracionistas sobre su origen se propaguen".

Creado en un laboratorio

No obstante, otros científicos han causado polémica en los últimos meses al posicionarse en el mismo sentido que la citada doctora china. Es el caso del también virólogo y Premio Nobel de Medicina Luc Montagnier, que afirmó en abril que el coronavirus no es natural y que surgió en un laboratorio de Wuhan para después propagarse por "un error".

Según su teoría, el virus habría sido creado por investigadores chinos que podían estar trabajando en una vacuna contra el VIH, ya que "el genoma completo de este coronavirus tiene secuencias muy semejantes a las del virus del Sida".

Sin embargo, otros colegas rechazaron de plano su hipótesis, como el virólogo francés Etienne Simon-Lorière, del Instituto Pasteur, que aseguró que la teoría de Montagnier "no tiene sentido".

Un accidente en China

También el pasado mes de junio, el exjefe del MI6 británico, Richard Dearlove, manifestó su opinión de que la pandemia "empezó como un accidente" cuando el patógeno escapó de un laboratorio en China.

Dearlove, que estuvo al frente del servicio secreto del Reino Unido entre 1999 y 2004, hizo estas declaraciones entrevistado en un podcast de 'The Telegraph', donde afirmó que China es "en gran medida responsable" de la situación de la COVID-19. "Creo que esto empezó como un accidente", dijo, agregando que "no hubo nada deliberado en sus orígenes".

El mercado de Wuhan

Por otra parte, la OMS se pronunció por primera vez hace dos semanas sobre el estudio de la Universidad de Barcelona que detectó coronavirus en aguas residuales de la ciudad correspondientes a marzo de 2019, asegurando que hay que seguir centrados en investigar el origen de la enfermedad en China.

"A la hora de investigar esta enfermedad en humanos hay que ir al epicentro, y los primeros casos se detectaron en Wuhan", afirmó el director ejecutivo de la OMS para Emergencias Sanitarias, Mike Ryan, que explicó que la principal preocupación de los investigadores de la OMS con respecto al origen del coronavirus es saber qué animal ejerció de "intermediario" entre la fuente primaria (probablemente un murciélago) y las primeras personas infectadas.