El anfitrión del G7, el presidente francés Macron, ha hecho un llamamiento a rebajar la tensión en la guerra comercial. Lo ha hecho después de que Donald Trump, antes de partir hacia la cumbre en Biarritz, reactivara la guerra arancelaria contra China. Macron ha advertido de que las tensiones de este tipo afectan a todo el mundo.

Donald Trump y Macron han almorzado en un encuentro informal en el que se les ha visto sonrientes, pero el malestar y la tensión ha sido difícil de disimular.

Trump "es un invitado muy especial y nuestras discusiones son muy importantes para nosotros", ha dicho Macron a la prensa al inicio de ese encuentro en Biarritz, en el suroeste francés.

Se trata de su primera cita bilateral antes de que el conjunto de negociaciones comience con el resto de miembros del G7 (Alemania, Reino Unido, Italia, Canadá y Japón), y ha servido para que ambos tomaran el pulso a sus respectivas posiciones.

La situación en Libia, Siria, Ucrania, Corea del Norte e Irán forman parte de su agenda. "Tenemos que trabajar muy duro porque creo que compartimos el mismo objetivo, asegurarnos de que no tiene acceso al arma nuclear", ha apuntado Macron sobre Irán, pese a que Trump se retiró en 2018 del acuerdo nuclear internacional alcanzado tres años antes con la República Islámica.

"De hecho, tenemos mucho en común", ha añadido el mandatario estadounidense, que ha llegado a Biarritz acompañado de su esposa, Melania. Trump se ha mostrado satisfecho del ambiente encontrado hasta ese momento: "De momento todo bien. El tiempo es perfecto y todo el mundo se está llevando bien. Espero que consigamos mucho este fin de semana", ha concluido.

Este domingo, el presidente de Consejo Europeo, Donald Tusk y Boris Johnson se reunirán, al margen de lo previsto, para abordar las discrepancias en torno al acuerdo del Brexit, uno de los temas que marcarán la cumbre del G7.