David Cameron se enfrenta a un Parlamento británico más dividido que nunca. El primer ministro acaba de perder el apoyo de su delfín, el alcalde de Londres, para permanecer en la Unión Europea. Enfadado y en bicicleta se ha marchado Boris Johnson a trabajar. Su no podría dar un vuelco de 15 puntos en el referéndum del 23 de junio. Una amenaza que crece por días para Bruselas, que asegura que no tiene un plan B.