La valiente actuación de un taxista ha evitado una masacre en el Reino Unido. Todo comenzó cuando recogió a un pasajero en las cercanías de un hospital de Liverpool.

Según los medios británicos, el hombre le dirigió destino a la catedral de Liverpool, donde cientos de personas celebraban el día del recuerdo por las víctimas de la primera guerra mundial. Al encontrarse las calles cortadas, pidió cambiar el rumbo y eligió el Hospital de Mujeres de Liverpool, un centro de maternidad.

El taxista empezó a sospechar y, según los medios locales, cerró las puertas de su vehículo impidiendo así que el presunto terrorista pudiera detonar la bomba en el interior del edificio. La cámara seguridad del Hospital captó toda la escena. Las imágenes son clave para la investigación, ya que demostrarían que se trata de un atentado terrorista.

En ellas se puede ver cómo el taxi explota antes de detenerse en la entrada del edificio. Del interior, logra salir el conductor, que intenta ponerse a salvo en los brazos de un trabajador del centro antes de que el coche comience a arder. El pasajero murió al instante.

David Perry, el taxista, sólo sufrió heridas leves y ya ha sido dado de alta. La investigación policial sigue en marcha, y ya han sido detenidas cuatro personas de entre 20 y 29 años relacionadas con la explosión, aunque todavía se desconocen las motivaciones de este nuevo ataque terrorista.