Los talibanes están altamente capacitados para el combate, y así quieren hacerlo saber a Occidente en un vídeo difundido por sus medios. En él demuestran cómo a su unidad de élite, el BADRI 313, no le falta de nada y cuentan con un equipamiento militar de alta gama que saben usar.
Es difícil distinguirlos de otras unidades especiales de cualquier otro país: cuentan con uniformes, chalecos antibalas, radios tácticas, rifles M4 e incluso gafas de visión nocturna.
El experto Jesús Núñez, codirector del Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acción Humanitaria, explica en este contexto que la capacidad operativa de una fuerza armada no la da ni el número de sistemas de armas que posean ni el equipo con el que se presenten ante los medios de comunicación: "Los talibán llevan más de 20 años trabajando sobre el terreno y, por supuesto, saben y tienen una capacidad combativa que han demostrado ahora".
Además, con la retirada de tropas estadounidenses y la huida de las fuerzas afganas, gran parte del armamento militar que dejaron tras de sí ahora está en manos talibanes.
Un material que Estados Unidos y las fuerzas afganas no tuvieron la precaución de inutilizar y que ahora, como indica Núñez, les servirá a los talibanes para reforzar su capacidad "sabiendo que lo que viene a continuación va a ser un intento de consolidar el poder en el terreno y que se les van a enfrentar determinados grupos".
En concreto, ya tendrían más de un millón de piezas militares estadounidenses. Más de 2.000 vehículos blindados, 40 aviones, helicópteros de ataque y hasta drones militares. Un armamento que refuerza su capacidad y que Occidente mira ahora con preocupación.