Dos militares lesbianas del Ejército de Taiwán han sido las primeras en dar el 'sí, quiero', con sus respectivas parejas, en la ceremonia multitudinaria que organizan las Fuerzas Armadas, vestidas con sus uniformes y portando, de manera reivindicativa, los colores de la bandera LGTBI. Taiwán es el único país de Asia que ha legalizado los matrimonios entre personas del mismo sexo.

El acto se oficializó en la base militar de Taoyuan el pasado viernes. Las primeras parejas homosexuales en formalizar sus matrimonios con el beneplácito de las Fuerzas Armadas de Taiwán han sido la de la comandante Wang Yi, de 36 años, y su ya esposa, Meng Yumi, una profesora de yoga de 37 años; y la de la teniente Chen Yinh-hsuan, de 27 años, y su compañera de universidad Li Li-chen, de 26.

Durante las bodas militares colectivas del año pasado hasta tres parejas homosexuales pidieron poder casarse, pero debido a la presión social se echaron atrás. Según ha defendido el Mando del Ejército, la actitud del Ministerio de Defensa Nacional ante las bodas homosexuales "es la misma" que ante parejas heterosexuales: "Damos nuestras sinceras bendiciones a todas y cada una de las parejas". Este hecho, añaden en el comunicado, "representa la postura del Ejército nacional, que es abierto y progresista".

Los mensajes inspiradores de las parejas

Chen y Li, que han sido una de las parejas pioneras, han querido mandar un mensaje de ánimo a quienes todavía se lo estén pensando: "Con nuestra valentía, otros compañeros que no lo tienen claro podrán dar el paso. No estáis solos".

"Nuestro amor no es diferente al de los heterosexuales. (...) Esperamos que más parejas homosexuales participen en la próxima edición", ha dicho Chen. Por su parte, Wang y Meng portaron la bandera arcoíris del movimiento LGBT, aprovechando el gran evento para dar visibilidad al colectivo.

La primera pareja homosexual de Taiwán que participa en la boda colectiva del Ejército.

El recorrido del matrimonio homosexual en el país

Las parejas homosexuales de Taiwán esperaron durante décadas para que la ley reconociese como legítimas sus uniones matrimoniales, un paso que la isla dio a mediados de mayo de 2019.

Fue el Tribunal Constitucional, en 2017, el que determinó que la prohibición del matrimonio entre personas del mismo sexo iba en contra de la Carta Magna, obligando al Parlamento a elaborar una propuesta para regularizar este tipo de uniones. Una amplia mayoría de diputados (66) votó a favor de legalizar los matrimonios homosexuales, mientras que 27 se opusieron.

Algunos activistas que luchan por los derechos de las personas LGBT mostraron entonces cierto optimismo ante el efecto que podría tener la legalización en Taiwán sobre China, donde la homosexualidad se vive todavía como algo mayoritariamente clandestino.

Varios jóvenes participan en la festividad del Orgullo en la capital de Taiwán.

Pese a que la homosexualidad fue despenalizada en China en 1997 y desclasificada como un desorden mental en 2001, todavía muchos chinos ven esta condición sexual como una enfermedad, mientras el Gobierno carece de cualquier tipo de protección a este colectivo que en China está formado por unos 70 millones de personas.

Mientras tanto, las autoridades taiwanesas han anunciado este viernes que, a partir de noviembre, las parejas homosexuales de otros países podrán conseguir un certificado de matrimonio -aunque será conmemorativo y sin valor legal- en la capital, Taipéi, en una medida orientada a "las parejas del mismo sexo procedentes de países donde el matrimonio homosexual no es legal".