Conocido por sus 40 grados bajo cero y sus osos polares, el archipiélago es el lugar poblado más al norte del planeta.

Svalbard está situado en el Ártico, pertenece a Noruega, y entre la veintena de cruces que tiene en el campo, su único cementerio, hay un secreto: están enterrados siete mineros muertos por gripe española en 1918. Ahora, un grupo de científicos acaba de descubrir que la epidemia que les mató podría volver a despertar.

La culpa la tiene el suelo helado de permafrost que lo conserva todo: los cuerpos de esos mineros y también las bacterias que los mataron. Eso sí, el cambio climático y el aumento de las temperaturas podría derretirlo.

Ya ha habido brotes de ántrax en otros puntos del Ártico, por eso la ciencia investiga desde hace años este paisaje helado y también por eso no se puede enterrar a nadie por ley desde 1950, deben hacerlo en la península, en Noruega.

Dicen que en Svalbard está prohibido morirse. Podría ser esta una licencia periodística para explicar el misterio del permafrost, un suelo helado que conserva tanto la vida como la muerte.