La Guardia Costera sueca ha difundido recientemente imágenes en las que se aprecian burbujas en plena ebullición en la superficie del agua. Se suman a las tomadas por el Ejercito de Dinamarca, en las que se pueden observar pertubaciones de hasta un kilómetro de diametro en el Mar Báltico; imágenes que demostrarían, según las autoraridades danesas, que las fugas no se deben a pequeñas grietas en las tuberías.

Suficientes razones para que Dinamarca haya decretado el estado de emergencia energética. El tráfico marítimo ha sido prohibido en un radio de cinco millas alrededor del vertido y el aéreo en un área de un kilómetro, cerca de la isla de Bornholm. La pregunta que sobrevuela ahora es saber si ha sido un accidente o un sabotaje. "Uno es casualidad, dos es coincidencia y tres es acción del enemigo", ha expresado el analista Jesús Manuel Triana este martes en Al Rojo Vivo.

La primera ministra de Dinamarca, Mette Frederiksen, ha afirmado este martes que "es difícil imaginar" que las fugas de gas "sean accidentales". Frederiksen ha subrayado que "no se puede descartar" la posibilidad de un sabotaje y ha dicho que, si bien "es pronto para sacar conclusiones", se trata de "una situación extraordinaria". "Hay tres fugas, por lo que es difícil imaginar que pueda ser accidental", ha manifestado.

Gobiernos de países vecinos como el de Polonia tienen claro que se trata de un acto deliberado. "Podemos ver claramente que es un acto de sabotaje", ha expresado el presidente, Mateusz Morawiecki. Los servicios de seguridad alemanes, en la misma línea, no creen que todo se deba a una coincidencia. Es más, Putin, el líder ruso, cuenta al parecer con una gran capacidad para acometer este tipo de operaciones.

Desde el Kremlin dicen sentirse alarmados por lo sucedido y tampoco descartan el sabotaje

"[Puede] intervenir el fondo del océano para colocar hidrófonos, distintos tipos de escuchas o incluso colocar explosivos", ha alertado Yago Rodríguez, director de 'The Political Room'. El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, afirma que si se confirma el sabotaje, no beneficiaría a nadie. Su cometido sigue siendo asegurar las reservas de gas para Europa: "No creo que las fugas afecten a las reservas energéticas de Europa".

Desde el Kremlin dicen sentirse alarmados por lo sucedido y tampoco descartan el sabotaje. Unas informaciones que se unen al registro de dos explosiones en el Mar Báltico por parte del Servicio Sísmico Nacional sueco antes de que se produjeran las fugas. Mientras tanto, las dudas siguen emergiendo sobre las fugas en el Nord Stream. Para entender lo sucedido y estar al tanto, te detallamos los hechos.

¿Qué gasoductos están afectados?

Dos fugas afectan al gasoducto Nord Stream 1, que recorre el mar báltico desde Viborg, en San Petersburgo, hasta Greifswald, al noreste de Alemania. Un tercer escape afecta al Nord Stream 2 en su trayecto entre el puerto de Ust-Luga y el país germano. Cuentan con más de 1.200 kilómetros de tuberías cada uno de ellos, sumergidos hasta 200 metros bajo el nivel del mar. Y las tres averías se han dado justo en la misma zona.

¿Se interrumpe el suministro de gas a la Unión Europea?

No, el suministro no se interrumpe porque ya estaba cortado. Rusia paralizó el envío de gas en el Nord Stream 1 a principios de septiembre por una supuesta avería que coincidió con la decisión del G7 de poner un tope al precio al petróleo ruso. Por su parte, el Nord Stream 2 nunca llegó a entrar en funcionamiento, pues Alemania no otorgó la licencia tras la invasión rusa de Ucrania, lo que ya limitaba la llegada de gas al centro y este de europa.

Entonces, ¿por qué es tan importante?

Aunque el suministro no se ve afectado a corto plazo, estas fugas tienen un claro efecto político y económico. "Crear incertidumbre en Europa, y mucho más allá. Aunque [el gasoducto] no esté operativos sí hace aumentar los precios del gas y eso hace que nos salga la factura mucho más cara", advierten los expertos en la materia.

¿Supone un peligro para la zona?

Sí, y además suponen un riesgo a nivel medioambiental. Solo el Nord Stream 2 contiene en su interior 177 millones de metros cúbicos de gas. Desde Dinamarca temen ahora que puedan terminar en el mar, lo que supondría una catástrofe ecológica, política y económica que emerge de las profundidades del Báltico.