Política de incentivos. La fórmula es simple y hay opciones para todos los gustos. Así tratan de animar en Estados Unidos a los ciudadanos para que se vacunen. Dinero, coches, cerveza, entradas para espectáculos y hasta 'cigarros de la risa'. Parece que cualquier opción es buena si se consigue aumentar el número de personas que acceden a vacunarse.

Y es que en Estados Unidos lo que sobran son vacunas y lo que faltan, a algunos americanos, son las ganas de vacunarse. Ya sea por desconfianza o por falta de información o incluso interés. No obstante, las autoridades de varios estados ya han trazado sus planes para incentivar la vacunación.

La oferta más atractiva, al menos si hablamos de dinero contante y sonante, es la de Ohio. En el Medio Oeste de Estados Unidos, sorteará un millón de dólares semanal entre las personas que se hayan vacunado contra el COVID-19. Así lo ha anunciado su gobernador, el republicano Mike DeWine.

Sorteo de un millón de dólares

El primer sorteo de realizará el 28 de mayo y se repetirá durante las siguientes cuatro semanas hasta haber repartido 5 millones entre cinco agraciados.

"Sé que algunos dirán, 'DeWine, ¡estás loco! Esta idea tuya del sorteo del millón de dólares es un derroche de dinero'. Pero la verdad, el derroche real en este punto en la pandemia (cuando la vacuna está disponible para todo el mundo), es una vida perdida por COVID-19", decía el gobernador.

Para poder participar en el sorteo, las personas deberán ser mayores de edad, residentes en Ohio y haber recibido al menos la primera dosis de la vacuna. ¿Y cómo se sufragan estos gastos? Los fondos para financiar el programa saldrán de las partidas para los estados y municipios del rescate económico de 1,9 billones de dólares aprobado en marzo por el Congreso.

Ohio tiene a un 42,3% de su población vacunada con al menos una dosis, un porcentaje algo por debajo de la media nacional, que según los últimos datos es del 46,4%.

Cerveza, coches, espectáculos

La de Ohio es la oferta más generosa pero no la única. En Nueva York, aprovechando la gran afición que hay por el béisbol, los Yankees y los Mets se han aliado con las autoridades para vacunar los días de partido y regalar la entrada. También regalan entradas para otras actividades como visitas al zoológico. Además, la Gran Manzana estudia ofrecer, de cara al verano, vacuna monodosis a los turistas en las principales atracciones de la ciudad, como Times Square.

En Memphis lo que se ha decidido sortear son coches. En concreto, a elegir entre varios modelos de Nissan y Chevrolet. Los participantes deben demostrar sus datos de vacunación completos.

Algo similar hacen en Nueva Jersey con el programa 'Shot and a Beer', en el que con la tarjeta de vacunación dan bebidas gratuitas en cervecerías. Algunos bares del French Quarter de Nueva Orleans ponen dosis a la vez que chupitos y la marca Budweiser invita a una ronda a quienes envíen sus pruebas fotográficas de su pinchazo.

Y en Detroit también ofrecen dinero. Con su plan del 'buen vecino' dan tarjetas regalo de 50 dólares para quien lleve a un residente a vacunarse, mientras que en el estado de Maryland ofrecen pagar 100 dólares a los funcionarios que se vacunen.

También aprovechando la reciente aprobación del uso recreativo de la marihuana, se han creado los eventos de 'Joints for Jabs' (Porros a cambio de pinchazos). Así, han repartido unos 6.000 'cigarros de la risa' en las largas colas de personas vacunadas tanto en Washington DC como Nueva York.

Baja el ritmo de vacunación

Tras estas llamativas ofertas hay una realidad que no es tan esperanzadora. El ritmo de vacunación ha bajado en las últimas semanas.

En su mejor día, Estados Unidos administró casi 4,3 millones de vacunas contra el coronavirus. La media diaria de esa semana era de más de 3 millones de dosis. Pero a partir de ahí no ha hecho más que bajar. El 22 de abril esa media diaria era de 2,6 millones y la semana pasada, en el último día disponible con datos completos, no llegaba a los dos millones.

Además, según las últimas encuestas, el 13% de los estadounidenses se niega a vacunarse. Más del doble de porcentaje que aquí en España. Una desconfianza que va por barrios y también por ideología. Entre los republicanos son el 20% los que no quieren inmunizarse. Y la cifra sube al 35% entre los hombres blancos de zonas rurales.

Es por eso que Estados Unidos está modificando su estrategia de vacunación para dejar atrás los grandes vacunódromos y apostar por la cercanía y la facilidad. Un ejemplo, ya hay 40.000 farmacias en las que se pueden vacunar sin cita previa. También se ofrecen viajes gratis con Uber y Lyft a los centros de vacunación.

Toda una estrategia para que el país que más vacunas tiene a su disposición consiga que sus ciudadanos quieran vacunarse.