Se trata de una historia con muchos interrogantes y que está generando todo un conflicto internacional. Un soldado estadounidense cruzó ayer, sin permiso, a Corea del Norte. Se unió como civil a un tour turístico antes de regresar a Estados Unidos. En teoría le tocaba volver a casa porque la había liado en su destino, Corea del Sur. Temen que ahora pueda convertirse en un informante del régimen de Pyonyang.

Su nombre es Travis T. King, de 23 años y soldado de tierra destinado en Corea del Sur. La identidad de King ha sido confirmada por su madre, que ha dicho encontrarse impactada después de ser notificada de que su hijo había cruzado la frontera con Corea del Norte. "No imagino a Travis haciendo algo así", ha manifestado Claudine Gates, residente en Racine, Wisconsin.

Así, ha detallado que el Ejército le notificó que su hijo había cruzado la frontera y ha añadido que habló con él "hace unos días", cuando le comunicó que volvería próximamente a su base en Fort Bliss. "Quiero que vuelva a casa", ha apuntado.

Por otra parte, fuentes legales citadas por la agencia surcoreana de noticias Yonhap han desvelado que King fue sentenciado a una multa de cinco millones de wones (alrededor de 3.520 euros) en febrero tras causar daños a un coche patrulla en la capital del país, Seúl.

El hombre fue acusado de golpear en repetidas ocasiones una puerta del vehículo durante un incidente en octubre de 2022 en el distrito de Mapo, donde fue detenido. Asimismo, han reseñado que King no cooperó con los agentes que le pidieron que se identificaron y profirió insultos contra Corea del Sur. Al llegar a Texas se enfrentaba a un proceso disciplinario.

La ONU está mediando para que el chico vuelva a casa. Pero el de Kim Jong Un es un régimen cerradísimo y ávido de posibles espías que desde años no tenía un prisionero estadounidense. Así, admiten todas las autoridades que "repatriarle" no va a ser nada fácil.