Las vendedoras de lencería de toda Francia han comenzado a enviar cartas con ropa interior a la sede del primer ministro, Jean Castex, para protestar contra el cierre de sus tiendas, que no son consideradas esenciales.
"En este correo encontrará un elemento de la vida diaria considerado como no esencial por su gobierno: una braguita", comienza la carta que el colectivo "Action culottée", en el que se han agrupado profesionales del sector, enviada a Castex.
Sujetadores, bragas y tangas invisibles para denunciar "la invisibilidad" de este comercio, sancionado por el cierre de tiendas impuesto en todo el país desde finales de marzo, para frenar la expansión del coronavirus.
"Somos conscientes de la gravedad de la situación, pero no comprendemos que nuestros comercios no sean considerados esenciales, sabiendo que lo primero que hacemos todos por la mañana es ponernos ropa interior", denunció este miércoles Mélinda Locheron, portavoz del grupo en Picardía, en la emisora France Bleu.
Locheron defendió que este tipo de tiendas ya contaban antes de la pandemia con medidas de precaución e higiene, y que han adaptado el dispositivo para que los clientes no toquen los productos, limitar el aforo en tiendas y el número de personas que pueden estar en probadores al mismo tiempo.
"Esta carta es un mensaje de hartazgo y frustración. Estamos en una situación muy complicada, tenemos unas existencias enormes", lamentó la comerciante. En redes sociales, la cuenta Action culottée comparte fotos de las cartas y lencería que sus afiliadas están enviando al jefe del Gobierno, con algunas bragas pintadas en rojo con la palabra "Esencial".
El Gobierno, que no ha respondido a la petición de este colectivo y de momento no se ha pronunciado al respecto, ha indicado en los últimos días que esperan poder levantar las restricciones a partir de mediados de mayo, si la situación mejora.