En Yemen hace mucho que la sensación de seguridad quedó atrás, y es que como cuenta uno de sus habitantes: "Nunca te sentirás seguro o libre en tierra o en casa de otra persona; es importante poder estar en tu propio hogar". Además, cuenta cómo "un día de madrugada mientras estábamos durmiendo, mientras fuera empezaron los enfrentamientos armados y la lluvia de balas entró dentro haciéndonos huir".

Los ciudadanos de Yemen necesitan que el mundo entero sepan lo que les está pasando en su país. Las bombas les están matando y las familias se esconden aterradas en edificios destruidos en los que ni siquiera están a salvo del miedo.

Para tener un poco de tranquilidad hay que irse muy lejos, como hicieron Aisha y sus cinco hijos, cuyo padre murió en el conflicto. Pero donde están explican que no hay ni agua ni comida, y que si no les matan las bombas, lo hará el hambre.

Son un ejemplo más de los que sobreviven entre montañas, que son lo único que les protege de esas armas de precisión con las que Arabia Saudí machaca sin piedad todo lo que se le pone por delante.