Los servicios secretos de Irán avisaron al Kremlim de que iban a sufrir un ataque terrorista que tuvo lugar el pasado 22 de marzo en una sala de conciertos cerca de Moscú y dejó 144 muertes y más de cien personas heridas, según informa la agencia Reuters.

Varios terroristas del ISIS-K entraron a una sala de conciertos de Moscú el pasado 22 de marzo y perpetraron el atentado más grave en Rusia en 20 años, algo de lo que ya habían advertido a Putin desde Occidente.

Dos semanas antes de esta masacre, Estados Unidos y Reino Unido alertaron del riesgo de ataque. Pero el Kremlin no solo recibió sus alertas. El régimen iraní, fiel aliado ruso, contactó también para informar de un posible gran atentado yihadista. Una información que consiguió a través de interrogatorios a otros terroristas detenidos por Teherán.

Pero Putin hizo caso omiso y ahora usa este atentado para seguir arremetiendo contra Ucrania y Occidente, para él son los culpables. Se trata de un atentado que la inteligencia rusa no supo atajar a pesar de los avisos de varios países, incluidos aliados suyos.