Cae la noche en Italia y, con ella, el miedo a que la tierra vuelva a temblar. Tras el terremoto de magnitud 6,5 que ha sacudido el centro del país, entre Le Marche y L'Umbría se han producido, al menos, 300 réplicas.

Hay una veintena de heridos, pero no hay constancia de que haya personas fallecidas. El jefe de bomberos Luca Cari asegura que se está "verificando la presencia de personas" en el lugar, aunque no deberían estar "porque la localidad había sido evacuada".

La gente ha corrido con el corazón en un puño y algunos, desesperados, han comenzado a rezar en mitad de la plaza. "Me encontré en medio de un espectáculo infernal porque las paredes se han venido abajo", explica un vecino.

La localidad más castigada por la sacudida es Norcia. De su Basílica de San Benedicto, desplomada, sólo queda en pie la fachada.

El terremoto ha sacudido también Amatrice, la localidad devastada tras el seísmo del 24 de agosto en el que murieron 297 personas. El campanario de su iglesia resistió entonces, pero esta vez se ha derrumbado.

Para el primer ministro italiano, Matteo Renzi, la prioridad son los desplazados y, aunque desconoce el número de los mismos, ha asegurado que "para ellos existirá la posibilidad de estar en un hotel las primeras semanas".

Asimismo, Renzi ha anunciado su intención de reconstruir "todo" lo devastado por las sacudidas tras las cuales, podrían ser 100.000 los afectados que se preparan para pasar la noche en vela.