El Vaticano busca nuevo papa

Secretismo, un estricto aislamiento y fuertes medidas de seguridad: el Vaticano ultima los preparativos para el cónclave

El contexto
El próximo miércoles a las 16:30 comenzarán en la Capilla Sixtina las votaciones de las que saldrá el próximo líder de la Iglesia católica.

Cardenales caminan en procesión hacia la Capilla Sixtina en el Vaticano, al comienzo del cónclave de 2005.

Este domingo concluye el luto oficial en el Vaticano por la muerte del papa Francisco, por lo que, a partir de ahora, la Iglesia afronta la transición hacia el siguiente pontificado, el número 267 de la historia del catolicismo. Saldrá de un cónclave que será el más poblado y el más impredecible de la historia.

133 cardenales de 70 países, entre los que hay cuatro españoles, se reunirán a partir del próximo miércoles a las 16:30 horas en la Capilla Sixtina, y a partir de ese momento, nada de lo que pase se hará público hasta el momento más esperado, la 'fumata' blanca y el anuncio del nombre del nuevo pontífice en el balcón de la Basílica de San Pedro.

Se producirán cuatro votaciones al día, dos por la mañana y otras dos por la tarde, y los cardenales estarán totalmente aislados del mundo exterior. Un fuerte operativo de seguridad garantizará que no haya teléfonos móviles, micrófonos ni cámaras durante las votaciones, que se desarrollan a través de un procedimiento que se ha mantenido intacto con el paso de los siglos.

Los electores escribirán a mano en una papeleta el nombre del cardenal al que desean apoyar. Los votos serán contados por tres escrutinadores. Uno abre la papeleta, otro la comprueba y un tercero lee el nombre en voz alta, lo anota y cose los votos para luego ser quemados. Si ninguno de ellos llega a los dos tercios, es decir, a los 89 apoyos, la votación se repite y las papeletas son quemadas con un producto químico para que se produzca la 'fumata' negra. En caso de que tras tres días no haya nuevo papa, habrá uno de reflexión antes de retomar las votaciones.

Cuando un candidato alcance la cifra 'mágica' de los 89 votos, deberá decidir qué nombre papal quiere asumir y firmará los documentos que le acreditarán como nuevo sumo pontífice de la Iglesia católica. En ese momento, se queman las papeletas, produciendo la 'fumata blanca', que, junto con el repique de las campanas de la Basílica de San Pedro, indican que la Santa Sede tiene nuevo líder.

Unos minutos más tarde, el cardenal protodiacónico Dominique Mamberti saldrá al balcón central para pronunciar el 'habemus papam' y anunciar el nombre del próximo pontífice. En ese momento, las especulaciones terminarán y por fin se desvelará la incógnita de si el próximo papa será un progresista que dé continuidad a las reformas de Francisco o supondrá una vuelta a los valores conservadores promovidos, entre otros, por Benedicto XVI.