El 7 de mayo de 1968, el corresponsal de ABC en París contaba cómo caía herido un policía "en el marco de la más agresiva agitación estudiantil".

Las represalías a un grupo estudiantil tras una manifestación antiimperialista provocaron una crisis estudiantil. Entre ellos estaba Daniel Cohn-Bendit, que se convirtió en el líder de las protestas y afirmaba que la gente había aprendido "que es capaz de cambiar cualquier cosa".

Las movilizaciones se multiplicaron y el centro de París se lleno de barricadas hasta la noche del 10 de mayo, cuando la Policía lanzó un ataque masivo para intentar recuperar el control.

El 13 de mayo los sindicatos llamaron a la huelga general, y más de 9 millones de personas la secundaron. Pedían lo imposible y el mayo francés se convirtió en el embrión de otras protestas de la época a lo largo del mundo contra temas como la guerra de Vietnam o el franquismo.